Así afecta a tu salud el humo de los incendios forestales
De hecho, el Instituto de Salud Pública de Los Ángeles ha declarado una emergencia sanitaria local para todo el condado, debido a los incendios, que prohíbe el uso de sopladores de aire, como los sopladores de hojas.
Esto se debe a que los incendios forestales no solo queman pasto y árboles, sino también automóviles, edificios y otras estructuras que liberan sustancias químicas tóxicas que pueden permanecer en el aire durante mucho tiempo después de que el incendio se haya apagado.
Un ejemplo de ello se puede ver en un estudio de 2024 sobre el incendio Marshall, en el área de Boulder, Colorado, que encontró niveles elevados de metales e hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) en las cenizas, así como compuestos orgánicos volátiles (COV) en muestras de aire dentro de las casas de las personas.
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Se sabe que al menos un COV, el benceno, causa cáncer y la exposición a los HAP también está asociada con una mayor incidencia de cáncer, según la Organización Mundial de la Salud.
Un estudio reciente concluyó que, a medida que el cambio climático aumenta la prevalencia e intensidad de los incendios forestales, la exposición al humo podría provocar casi 28.000 muertes al año para 2050, un aumento del 76% respecto del promedio de muertes estimado entre 2011 y 2020.
Si bien una persona sana puede experimentar síntomas como picazón en la garganta y en los ojos, los animales, los niños, las personas mayores y las personas con afecciones cardíacas o respiratorias preexistentes podrían tener síntomas más graves, dicen los expertos.
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Según David Brown, meteorólogo de calidad del aire, las poblaciones vulnerables pueden sufrir síntomas de asma, así como bronquitis y palpitaciones cardíacas, o ver exacerbados sus síntomas preexistentes, dijo a TIME.
La EPA también aconseja a las personas evitar actividades que generen más partículas en espacios interiores, como vapear, fumar, freír o hervir alimentos, quemar velas y pasar la aspiradora, a menos que se haga con un filtro HEPA.
Al limpiar, la agencia sugiere que las personas usen guantes, gafas protectoras, mangas largas, pantalones largos y calcetines para proteger la piel, y utilicen una máscara respiratoria N95 o P100 para evitar respirar cenizas, además de cambiarse de ropa después de salir de un sitio de limpieza para que las cenizas no se muevan a otros lugares.
Además, la EPA recomienda, si hay contacto con ceniza, lavar la piel lo antes posible. Lo mismo se aplica a las mascotas: si caminan sobre ella, deben limpiarse las patas, ya que son más propensas a enfermarse.
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