Así terminará la guerra de Ucrania: lo que asegura el experto en geopolítica John Lough
Con el desarrollo sostenido de la invasión rusa en Ucrania, diversos analistas de conflicto han especulado sobre los posibles desenlaces. Un especialista en la materia señala que existen únicamente cuatro escenarios probables: y no todos auguran un desenlace positivo para Ucrania.
John Lough, miembro asociado del Programa Rusia y Eurasia del prestigioso grupo de expertos internacional Chatham House en Londres, ha expuesto recientemente los cuatro resultados más probables de la guerra en Ucrania en un artículo. Su análisis ofrece una perspectiva detallada sobre las posibles trayectorias del conflicto y sus implicaciones para la región.
Foto: Centro Internacional de Defensa y Seguridad
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En un artículo publicado en el sitio web de Chatham House, Lough analizó en profundidad los cuatro resultados potenciales del conflicto actual. Según su evaluación, estos desenlaces dependen de tres factores impulsores fundamentales que, inevitablemente, influirán en el desenlace de la guerra.
Entre los tres factores clave que determinarán el resultado de la guerra está la voluntad de los aliados occidentales de Ucrania de seguir apoyando a Kiev y ofrecer garantías a largo plazo de la seguridad futura de Ucrania.
El desenlace del conflicto se verá influido por la habilidad de Ucrania para preservar el apoyo popular en su lucha interna y para movilizar fuerzas suficientes. Además, la ausencia de oposición entre las élites rusas hacia la guerra en la sociedad también jugará un papel crucial en la evolución de la situación.
Si los aliados occidentales de Ucrania continúan brindando apoyo a Kiev y el país logra mantener altos niveles de movilización de tropas, al mismo tiempo que las élites rusas no se oponen al conflicto en Moscú, esto podría dar lugar a un escenario de guerra prolongada.
Una guerra prolongada obligaría a Ucrania a continuar su lucha contra Rusia con recursos limitados, lo que podría resultar en una reducción gradual de los combates más intensos a lo largo del tiempo. Sin embargo, este escenario también acarrearía un coste significativo para la sociedad ucraniana, generando un daño mayor y más duradero.
“Una guerra prolongada condenaría a Ucrania a una mayor destrucción de su capital económico, humano y social. Esto limitaría aún más las posibilidades de crecimiento económico y ralentizaría las reformas necesarias para la adhesión a la UE”, explicó Lough.
Un escenario de guerra prolongada podría generar una situación en la que el agotamiento social lleve a una ruptura entre las autoridades civiles y militares debido a los recursos limitados de Ucrania. Esto, a su vez, podría "crear un cóctel político peligroso" que conduzca a la anarquía o a una guerra civil.
El segundo resultado probable de la guerra es que el conflicto se paralice, lo que podría provocar un desmoronamiento de la sociedad ucraniana. La aceptación de un alto el fuego podría provocar un derrotismo en el ejército, lo que podría desmoralizar a Ucrania y dar lugar a acusaciones de traición por parte de Occidente.
“Un 'conflicto congelado' sin duda generaría serias dudas en la sociedad ucraniana respecto al compromiso de los aliados occidentales de continuar apoyando al país, así como sobre la sinceridad de la invitación de la UE a Ucrania para unirse a la organización”, explicó Lough.
“La percepción de derrota también generaría un sentimiento generalizado de desilusión con las perspectivas del país y provocaría un aumento en la emigración. Además, sería difícil imaginar que Putin no aprovecharía una pausa en los combates para intentar reconstruir el ejército ruso”, añadió Lough.
El gasto de defensa de Ucrania aumentaría en este escenario y la reanudación del conflicto probablemente conduciría a desacuerdos con los socios occidentales de Ucrania y temores de que Kiev pudiera "provocar inadvertidamente más conflictos con Rusia".
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Los otros dos resultados posibles son mucho más fáciles de entender. Ucrania podría obtener una victoria absoluta, lo que probablemente aumentaría la posibilidad de obtener garantías de seguridad a largo plazo de los aliados de Kiev y podría consolidar la transición de Ucrania hacia Occidente.
La victoria de Ucrania es el mejor resultado posible, pero también conlleva una serie de problemas que Kiev deberá resolver, incluida la reintegración de territorios ocupados durante mucho tiempo por Rusia y la eliminación de los colaboradores del gobierno local.
Por otra parte, Ucrania podría sufrir una derrota, cuyas consecuencias podrían llevar a la fractura del Estado ucraniano, al movimiento de personas desde los territorios ocupados hacia la seguridad del oeste de Ucrania y al desarrollo de insurgencias en pequeña escala.
En el escenario de Lough, una derrota ucraniana sólo implicaría una pérdida de territorio ante Rusia. Ucrania seguiría intacta como nación, aunque reducida en tamaño y en una situación bastante problemática que daría lugar a problemas sociales.
“La despoblación, el colapso de los servicios públicos en algunas ciudades y la parálisis de la economía crearían una situación altamente volátil que podría arrastrar a algunos países vecinos a proteger sus fronteras y evitar el desbordamiento de la violencia”, advirtió Lough.
Lough también señaló que una derrota ucraniana tendría consecuencias para los países occidentales, muchos de los cuales prometieron apoyar a Ucrania durante el tiempo que fuera necesario para ganar la guerra, y condujo al colapso de la OTAN.
“Independientemente del resultado de la guerra, los aliados de Ucrania deben prepararse para el hecho de que gran parte de la sociedad ucraniana está traumatizada por la invasión rusa”, concluyó Lough. Lograr la paz podría ser tan difícil como poner fin a la guerra.
La fatiga de la guerra, los retos económicos y los problemas bélicos persistentes podrían ralentizar la reforma de Ucrania y su transición hacia un modelo de gobierno más occidental. Esto podría generar un “problema de seguridad muy serio a largo plazo en el corazón de Europa” si la ayuda destinada a la Ucrania de posguerra no se gestiona con el mismo cuidado que la asistencia al esfuerzo bélico del país.