Cómo evitar que tu hijo o hija sea un pequeño tirano

Un fenómeno más común de lo que se piensa
¿Qué es este síndrome?
Una ilusión de omnipotencia
Una voluntad incontrolable
Un riesgo de violencia
Un niño victima
La educación es un factor determinante
Autoridad cuestionada
Educación solidaria
El impacto de la publicidad
Comportamientos a evitar
Soluciones concretas
Fortalecer la autonomía del niño
También sus responsabilidades
Saber decir no
Limitar las recompensas
Dirigir al niño hacia los demás
Un fenómeno más común de lo que se piensa

Todos hemos presenciado alguna vez a un niño que rechaza toda forma de autoridad, interrumpe a los adultos o no tolera ninguna contrariedad. Todos estos pequeños podrían sufrir el llamado 'Síndrome del emperador' o 'Síndrome del niño rey'. ¿Cómo evitarlo y prevenirlo? Esto es lo que dicen los expertos.

¿Qué es este síndrome?

Empecemos definiendo el concepto de 'Síndrome del emperador'. Según la web francesa especializada en infancia Passport Santé, se trata de un "niño que no acepta que le digan que no porque no tolera la frustración".

Foto: @Luz Fuertes / Unsplash

Una ilusión de omnipotencia

La psicoanalista Simone Korff-Sausse, citada por Le Point, lo define como un ser mantenido "en la ilusión de omnipotencia infantil".

Foto: @Jason Rosewell / Unsplash

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Una voluntad incontrolable

El niño en esta situación sufre en realidad una incapacidad para controlar su propia voluntad, que frecuentemente se manifiesta en ira, agresión o comportamiento manipulador.

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Un riesgo de violencia

Los peligros son reales. El doctor en psicología Didier Pleux, también citado por Le Point, menciona el riesgo de que el niño tome el control, a través de amenazas que pueden desembocar en violencia física o verbal.

Foto: @Nsey Benajah / Unsplash

Un niño victima

Contrariamente a lo que se podría pensar, el niño rey no es el responsable, sino la primera víctima de su estado psicológico, el cual se explica por factores externos y no por su propio carácter.

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La educación es un factor determinante

El primer factor es una falta de autoridad por parte de padres que no se sienten legítimos para imponer reglas. El niño que percibe una debilidad en el lado de los padres tenderá a rebelarse más fácilmente.

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Autoridad cuestionada

Esto se produce, en particular, cuando la autoridad parental "ha sido cuestionada por otros adultos, como los abuelos, los amigos o el otro progenitor, en caso de divorcio o separación", indica el psicólogo Vincent Joly a Passport Santé.

Foto: @Picsea/Unsplash

Educación solidaria

Según algunos especialistas, la educación “positiva” o “cariñosa” conduce a una incapacidad de decir no en los adultos, lo que provoca intolerancia a las limitaciones y frustración en los niños.

Foto: @sofatutor/Unsplash

El impacto de la publicidad

Un factor inesperado: los anuncios venden la sensación de carencia. "El niño desea poseer las cosas que se le venden, pero sus padres no pueden o no quieren proporcionarle todas. Ante su negativa, el niño experimenta una gran frustración", comenta Vincent Joly, quien señala que en algunos países como Canadá, los anuncios dirigidos a niños están prohibidos.

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Comportamientos a evitar

En cualquier caso, se deben evitar ciertos comportamientos para no crear o reforzar este fenómeno. Passeport Santé recomienda, entre otras cosas, no debilitar la autoridad de los padres frente a sus hijos, establecer reglas como padres y actuar sin esperar a estar abrumado por la ira.

Foto: @Xavier Mouton Fotografía / Unsplash

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Soluciones concretas

Sin embargo, también existen soluciones concretas cuando la dinámica niño-rey ya está en marcha.

Foto: @Markus Spiske / Unsplash

Fortalecer la autonomía del niño

La conductora del podcast Raising Good Humans, Alicia Pressman, sugiere empoderar al niño al alentarle a realizar ciertas tareas cotidianas por sí mismo, y sirviendo de ejemplo para aquellas que aún no domina.

Foto: @TopSphere Medios / Unsplash

También sus responsabilidades

Cuando su hijo cometa un error, hágalo responsable en lugar de intentar arreglar las cosas por él: “Si se olvida de hacer los deberes, en lugar de ponerle excusas al profesor, deja que se responsabilice solo de las consecuencias", añade Alicia Pressman.

Foto: @nota queun / Unsplash

Saber decir no

Un punto esencial: saber decirle que no al niño sin temer su reacción. Como indica Traci Baxley, coach de crianza citada por Slate, los niños "necesitan límites consistentes", y "la rebelión será aún más intensa" si no están acostumbrados a recibirlos.

Limitar las recompensas

Además, debemos evitar premiar cada buena acción del niño, como hacer los deberes o lavarse los dientes, para no acostumbrarlo a gratificaciones que serán inexistentes en su vida adulta.

Foto: @CDC/Unsplash

Dirigir al niño hacia los demás

Por último, alentar al niño a actuar por los demás le permite darse cuenta de que no es el centro del universo. "Cuando realizamos acciones bondadosas, una sensación de alegría nos invade. Con el tiempo, estos hábitos de amabilidad se convertirán en comportamientos arraigados en nuestros hijos", resume Traci Baxley.

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