Instrucciones para sobrevivir a un ataque nuclear
Ante la posibilidad de un ataque atómico siempre nos surge la pregunta: ¿cómo escapar? ¿A qué distancia estaríamos a salvo?
No resulta probable que nos diera tiempo a huir pero, en todo caso, ¿qué alcance tiene la onda expansiva de una bomba nuclear? Según Wikipedia, su "radio de acción" comprendería entre decenas y centenares de kilómetros. Caben, no obstante, cálculos mucho más precisos.
En un vídeo de AsapSCIENCE, canal de YouTube con contenidos de divulgación científica, detallaron distintas consecuencias de una explosión atómica tomando como modelo una bomba de un metagón (más potente que la de Hiroshima pero menos que muchas de las actuales). ¿Qué sería lo primero que nos afectaría en caso de ataque y de qué manera según la distancia a la que estuviéramos del epicentro de la explosión?
El fulgor de una bomba nuclear de un megatón, según el análisis de AsapSCIENCE, provocaría ceguera temporal hasta los 21 kilómetros si la bomba cayese de día y hasta 81 kilómetros si dicha bomba cayese durante la noche.
Quien se hallase a menos de 10 kilómetros del epicentro de la explosión atómica de un megatón sufriría gravísimas quemaduras de tercer grado. Entre 10 y 11 kilómetros, las quemaduras serían de segundo grado. Y de 11 kilómetros en adelante pueden sufrirse quemaduras de primer grado.
El modo en que la bomba nos queme dependerá de la ropa que la persona lleve puesta. Mejor ropa blanca (sirve como "escudo") que ropa negra (absorbe la energía y agudiza las quemaduras).
Pero, además, una bomba atómica crea una presión ambiental que destroza los objetos. En unos 6 kilómetros a la redonda del epicentro, esa fuerza es capaz de derribar edificios enteros como si fueran castillos de naipes. En Hiroshima quedó claro ese poder devastador.
Luego está la lluvia radiactiva que vendría tras la explosión y que extendería enfermedades cancerígenas hasta más allá de los 160 kilómetros a la redonda.
Imagen: Devon Janse van Rensburg
Salvo que estuviéramos protegidos en un búnker, un interior muy sólido o tuviéramos enorme suerte, en la zona cero de una explosión atómica de un megatón (en un radio de 10 kilómetros), la posibilidad de sobrevivir sería muy escasa.
Claro que los anteriores cálculos están hechos sobre una bomba de un megatón pero ya en 1963 Rusia probó la llamada Bomba del Zar en el océano Ártico. Una bomba de 50 megatones. En la imagen, una réplica de la bomba del Zar.
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Existe también la posibilidad de que se utilicen las llamadas "armas nucleares tácticas", de corto alcance y menor potencia. Es el temor permanente que tienen en Ucrania. Rusia posee numerosas armas de este tipo y, según CNN, su potencia está entre 15 y 20 kilotones. ¿Cómo podríamos escapar?
Según un artículo firmado en The Conversation por los profesores Robert K Niven, Chi-Rey Lee, Damith Mohotti y Pablo Hazell, ingenieros de la australiana University of New South Wales, una bomba de 15 megatones provocaría una bola de fuego de 100 metros. En ese radio de acción la supervivencia sería casi imposible.
La destrucción provocada por la presión y los vientos que surgen tras una explosión atómica alcanzaría los 1'6 kilómetros a la redonda, siempre según la estimación de los profesores de la University of New South Wales.
La estimación del estudio publicado por The Conversation apunta a que a un kilómetro del epicentro se disponen de tres segundos para huir de la onda de choque. A cinco kilómetros del epicentro de la explosión, en torno a 15 segundos o algo menos es el tiempo para huir.
Imagen: Tina Rataj-Berard / Unsplash
Una de estas armas nucleares tácticas provocaría lluvia radiactiva en un entorno de 25 kilómetros.
Imagen: PAN XIAOZHEN / Unsplash
Pero sea una bomba grande o pequeña, lo cierto es que, incluso, la supervivencia inmediata (en el momento tras la explosión) no excluye la posibilidad de que la radiación haya entrado en nuestro cuerpo y nos condene a algún tipo de cáncer.
Imagen: Dan Meyers / Unsplash
Como bien supo la población durante la Guerra Fría, sólo un buen búnker antinuclear nos puede salvar de las consecuencias de una bomba. Siempre y cuando haya alguna alerta a tiempo.
Sea como sea, lo cierto es que la utilización de armamento nuclear pondría en marcha una catastrófica cadena que bien podría llevar al ser humano a una destrucción casi total.
Imagen: Luke Jernejcic / Unsplash
ADEMÁS: Dónde caerían las bombas en caso de guerra nuclear entre Rusia y EE.UU.