Instrucciones para sobrevivir a un ataque nuclear

Cómo escapar de una explosión nuclear
Devastación nuclear en muchos kilómetros a la redonda
Consecuencias de una bomba de un megatón
Ceguera en 80 kilómetros a la redonda
Quemaduras de diverso grado
Poder abrasivo según nuestra vestimenta
Destrozos
Lluvia radiactiva en 160 kilómetros
En un radio de 10 kilómetros, la muerte es casi segura
Pero ¿y si fuera una bomba de 50 megatones?
¿Y si fuera una bomba más pequeña, de las que llaman
Una bola de fuego de 100 metros
Destrucción total en 1'6 kilómetros a la redonda
Demasiado rápido para huir
25 kilómetros a la redonda con lluvia radiactiva
Radiación de consecuencias imprevisibles
Esconderse bajo tierra
Reacción en cadena
Cómo escapar de una explosión nuclear

Ante la posibilidad de un ataque atómico siempre nos surge la pregunta: ¿cómo escapar? ¿A qué distancia estaríamos a salvo?

Devastación nuclear en muchos kilómetros a la redonda

No resulta probable que nos diera tiempo a huir pero, en todo caso, ¿qué alcance tiene la onda expansiva de una bomba nuclear? Según Wikipedia, su "radio de acción" comprendería entre decenas y centenares de kilómetros. Caben, no obstante, cálculos mucho más precisos.

Consecuencias de una bomba de un megatón

En un vídeo de AsapSCIENCE, canal de YouTube con contenidos de divulgación científica, detallaron distintas consecuencias de una explosión atómica tomando como modelo una bomba de un metagón (más potente que la de Hiroshima pero menos que muchas de las actuales). ¿Qué sería lo primero que nos afectaría en caso de ataque y de qué manera según la distancia a la que estuviéramos del epicentro de la explosión?

 

Ceguera en 80 kilómetros a la redonda

El fulgor de una bomba nuclear de un megatón, según el análisis de AsapSCIENCE, provocaría ceguera temporal hasta los 21 kilómetros si la bomba cayese de día y hasta 81 kilómetros si dicha bomba cayese durante la noche.

Quemaduras de diverso grado

Quien se hallase a menos de 10 kilómetros del epicentro de la explosión atómica de un megatón sufriría gravísimas quemaduras de tercer grado. Entre 10 y 11 kilómetros, las quemaduras serían de segundo grado. Y de 11 kilómetros en adelante pueden sufrirse quemaduras de primer grado.

Poder abrasivo según nuestra vestimenta

El modo en que la bomba nos queme dependerá de la ropa que la persona lleve puesta. Mejor ropa blanca (sirve como "escudo")  que ropa negra (absorbe la energía y agudiza las quemaduras).

Destrozos

Pero, además, una bomba atómica crea una presión ambiental que destroza los objetos. En unos 6 kilómetros a la redonda del epicentro, esa fuerza es capaz de derribar edificios enteros como si fueran castillos de naipes. En Hiroshima quedó claro ese poder devastador.

Lluvia radiactiva en 160 kilómetros

Luego está la lluvia radiactiva que vendría tras la explosión y que extendería enfermedades cancerígenas hasta más allá de los 160 kilómetros a la redonda.

Imagen: Devon Janse van Rensburg

En un radio de 10 kilómetros, la muerte es casi segura

Salvo que estuviéramos protegidos en un búnker, un interior muy sólido o tuviéramos enorme suerte, en la zona cero de una explosión atómica de un megatón (en un radio de 10 kilómetros), la posibilidad de sobrevivir sería muy escasa.

Pero ¿y si fuera una bomba de 50 megatones?

Claro que los anteriores cálculos están hechos sobre una bomba de un megatón pero ya en 1963 Rusia probó la llamada Bomba del Zar en el océano Ártico. Una bomba de 50 megatones. En la imagen, una réplica de la bomba del Zar.

De User:Croquant with modifications by User:Hex - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5556903

¿Y si fuera una bomba más pequeña, de las que llaman "tácticas"?

Existe también la posibilidad de que se utilicen las llamadas "armas nucleares tácticas", de corto alcance y menor potencia. Es el temor permanente que tienen en Ucrania. Rusia posee numerosas armas de este tipo y, según CNN, su potencia está entre 15 y 20 kilotones. ¿Cómo podríamos escapar?

Una bola de fuego de 100 metros

Según un artículo firmado en The Conversation por los profesores Robert K Niven, Chi-Rey Lee,  Damith Mohotti y Pablo Hazell, ingenieros de la australiana University of New South Wales, una bomba de 15 megatones provocaría una bola de fuego de 100 metros. En ese radio de acción la supervivencia sería casi imposible.

Destrucción total en 1'6 kilómetros a la redonda

La destrucción provocada por la presión y los vientos que surgen tras una explosión atómica alcanzaría los 1'6 kilómetros a la redonda, siempre según la estimación de los profesores de la University of New South Wales.

Demasiado rápido para huir

La estimación del estudio publicado por The Conversation apunta a que a un kilómetro del epicentro se disponen de tres segundos para huir de la onda de choque.  A cinco kilómetros del epicentro de la explosión, en torno a 15 segundos o algo menos es el tiempo para huir.

Imagen: Tina Rataj-Berard / Unsplash

25 kilómetros a la redonda con lluvia radiactiva

Una de estas armas nucleares tácticas provocaría lluvia radiactiva en un entorno de 25 kilómetros.

Imagen: PAN XIAOZHEN / Unsplash

Radiación de consecuencias imprevisibles

Pero sea una bomba grande o pequeña, lo cierto es que, incluso, la supervivencia inmediata (en el momento tras la explosión) no excluye la posibilidad de que la radiación haya entrado en nuestro cuerpo y nos condene a algún tipo de cáncer.

Imagen: Dan Meyers / Unsplash

Esconderse bajo tierra

Como bien supo la población durante la Guerra Fría, sólo un buen búnker antinuclear nos puede salvar de las consecuencias de una bomba. Siempre y cuando haya alguna alerta a tiempo.

Reacción en cadena

Sea como sea, lo cierto es que la utilización de armamento nuclear pondría en marcha una catastrófica cadena que bien podría llevar al ser humano a una destrucción casi total.

Imagen: Luke Jernejcic / Unsplash

ADEMÁS: Dónde caerían las bombas en caso de guerra nuclear entre Rusia y EE.UU.

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