Adiós, Borbones, adiós: se fueron de España
La historia de la dinastía borbónica en España está definida por un curso turbulento y lleno de conflictos. La familia real ha navegado a través de múltiples desafíos, desde invasiones extranjeras hasta cruentas guerras civiles fomentadas por partidarios del carlismo, así como diversas revueltas que eventualmente llevaron a la proclamación de la República. La tendencia de los Borbones a dejar el país se inició durante el reinado de Carlos IV.
Carlos IV tuvo fama de rey con escasa capacidad de mando. Reinó bajo la influencia de la Revolución Francesa de 1789 y Napoleón acabó enviándole al exilio (al palacio de Compiègne, 80 kilómetros al norte de París) cuando las tropas francesas invaden España. En realidad, el papel de los Borbones frente a la invasión francesa fue bastante poco heróico. Marcharon mansamente al destierro dejando a su país en manos extranjeras. Carlos IV acabó muriendo en Roma a causa de la gota en 1819.
Fernando VII acompañó a su padre al exilio y regresó a España entre gritos de una multitud que, en un ejercicio de barbarie, bramaba: "¡Vivan las cadenas!". Un lema en defensa del absolutismo. Pero Fernando VII, ante la posibilidad de ser expulsado otra vez de España por el pueblo, tuvo que ceder y dar a su reinado un cierto tono liberal. Le llamaron El deseado y también El rey felón. Para algunos historiadores, el peor monarca que ha tenido España.
Isabel II tuvo que salir al destierro a causa de la revolución liberal de 1868, denominada La Gloriosa. Pudo ser peor. En 1852 el cura Merino (un excéntrico activista liberal que había sido guerrillero contra los franceses) trató de matar a la reina clavándola un estilete cuando Isabel II acudía a la madrileña Basílica de Atocha.
España hizo rey a un tal Amadeo I durante apenas un par de años y luego llegó la I República entre 1873 y 1874. Isabel II moriría en su exilio parisino en 1902. Mientras tanto, su hijo (Alfonso XII) volvía a España a intentar que la monarquía se estableciese... ¿para siempre?
Alfonso XIII fue un rey cuyos errores políticos llevaron al exilio. Primero apoyó la dictadura de Primo de Rivera y luego vino la II República.
La II República, entre 1931 y 1939, y la posterior sublevación de Franco y Guerra Civil hicieron que Alfonso XIII acabase sus días en el destierro. Murió en Roma en 1941.
Imagen: De Noulas - Commons Wikimedia
Juan de Borbón jamás reinó. Lo intentó por todos los medios pero, finalmente, vivió en la localidad portuguesa de Estoril conspirando para convencer a Franco de que le dejase ser monarca y no sirvió de nada. Franco eligió a Juan Carlos de Borbón para sucederle como Jefe del Estado. Un capítulo más en la muy agitada biografía de Juan Carlos I.
Y llegó el reinado de Juan Carlos I. Años de apariencia modélica, restauración de las libertades tras el franquismo, bonanza económica... Pero, al final, escándalos y presuntas corruptelas acorralaron al monarca hasta el punto de anunciar que se imponía él mismo un exilio que ha roto, en contadas ocasiones, para visitar España (sobre todo en verano) y pasar unos días en su querida localidad de Sansenxo.
Y queda por ver si Felipe VI se mantiene en el trono. La facción republicana de la sociedad siempre ha reclamado un referéndum. ¿Cuántos republicanos y cuántos monárquicos hay en España? Nadie lo sabe a ciencia cierta. El CIS jamás ha querido plantear esa pregunta en sus encuestas.
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