De pandemia a endemia: ¿cuál es la diferencia?
Ya son más de dos años desde que la pandemia provocada por un coronavirus de origen desconocido cambiase nuestras vidas para siempre. ¿Cuándo acabará esto? ¿Por qué se habla de pasar de un periodo de pandemia a una etapa de endemia?
De momento, la erradicación del virus de la Covid-19 no parece un objetivo realista. Para ello tendría que surgir una muy efectiva "vacuna esterilizante" (que impida al virus entrar en nuestro organismo y frene toda posibilidad de contagio -las actuales vacunas impiden que el virus nos enferme pero podemos infectarnos y también contagiar-)
Ahora mismo la Organización Mundial de la Salud mantiene al planeta en estado de pandemia. Una pandemia se da cuando una enfermedad se expande de modo masivo a nivel global y no puede hablarse de un foco aislado o varios focos concretos y controlables.
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La endemia consistiría en que la enfermedad se propaga estacionalmente o en grupos concretos durante determinados periodos. Como, por ejemplo, la gripe normal que cada invierno resurge.
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Contra las enfermedades endémicas no se usan medidas excepcionales (cierre de fronteras, restricciones, etc) sino que suelen abordarse mediante la vigilancia del número de casos y una atención sanitaria adecuada.
La tesis más optimista de algunos médicos y políticos es la siguiente: la Covid-19, mediante la vacunación masiva o por efecto de haber pasado la infección, ya no resulta una enfermedad grave. Podemos ir volviendo a la vieja normalidad (aunque guardando ciertas precauciones). 2022 puede ser un año clave.
En declaraciones a la BBC, Julian Hiscox, presidente del área de Infecciones y Salud Global de la Universidad de Liverpool, aseguraba: "Es el principio del fin, al menos en el Reino Unido. Creo que la vida en 2022 será casi como antes de la pandemia".
También en la BBC, Elizabetta Groppelli, viróloga de la Universidad St George's de Londres dice: "La endemicidad estaba escrita en el virus. Soy muy optimista. Pronto estaremos en una situación en que el virus esté circulando pero nos ocuparemos sólo de las personas de riesgo".
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Las sucesivas olas, si se llega al estado endémico, serán sustituidas por números estables y momentos de mayor contagio que no tendrían que superar un número crítico ni colapsar los hospitales.
El gobierno de España es uno de los que ya está promoviendo tratar la Covid-19 como una endemia. Un médico español de atención primaria, Albert Planes, que ha firmado un artículo a favor de volver a la vieja normalidad, lo resumía en una entrevista a eldiario.es: "Quien tenga mocos o febrícula debe quedarse en casa, no ir al médico".
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud no cree que sea todavía momento de levantar la alerta que conlleva el estado de pandemia.
Es cierto que la Covid-19 se ha convertido en una enfermedad "más leve" por la protección que nos dan las vacunas (o por inmunización natural mediante contagios, como puede haber sucedido en países pobres) pero sigue siendo una dolencia peligrosa: si provoca neumonía bilaterial, puede acarrear muerte o efectos muy adversos. Y está la llamada "Covid persistente".
Contagiarnos de Covid quizá no nos lleve al hospital pero la llamada "Covid persistente" ya ha sido catalogada por la OMS como una suma de secuelas, a veces incapacitantes, que se producen en algunos casos de infección. Cansancio, dolores y otros síntomas permanecen durante un tiempo que aún no se sabe cuánto dura.
También parece (aunque no hay estudios concluyentes) que las vacunas protegerían contra la Covid persistente. Sin embargo, el amplísimo número de contagios provocados por la variante Ómicron han disparado la Covid persistente especialmente en menores de edad.
La revista Nature reportaba en verano de 2021 que, según datos de la Oficina Nacional de Estadística del Reino Unido, "el 9,8% de los niños de 2 a 11 años y el 13% de 12 a 16 años informaron al menos un síntoma persistente cinco semanas después de un diagnóstico positivo". Así que contagiarse de Covid puede no ser algo tan "rutinario" como pasar un resfriado.
Pero el principal foco de inestabilidad son los no vacunados: aunque sean minoría, si se contagian por vez primera de Covid, es probable que desarrollen un modo grave de la enfermedad y ello afectará al sistema sanitario. Para que la Covid sea una endemia, el 100% de la población ha de vacunarse. O aproximarnos a ese objetivo.
Se cuenta con que, visto lo visto con Ómicron, no haya mutaciones del virus que supongan una mayor letalidad o gravedad. Quizá aumente su capacidad de contagio pero también es difícil porque Ómicron ha logrado una contagiosidad prodigiosa. Sin embargo, en personas no vacunadas o no infectadas previamente, sin defensa alguna ante el virus, pueden producirse mutaciones peligrosas.
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