Por qué cada vez hay más parejas que duermen separados: qué es el 'Sleep Divorce'
En una era donde el autocuidado adquiere mayor relevancia, un interesante fenómeno denominado "Sleep Divorce" o divorcio del sueño ha captado la atención. Esta tendencia hace referencia a la decisión voluntaria de algunas parejas de dormir en espacios distintos, como habitaciones o camas separadas, con el fin de lograr un descanso más reparador. La doctora Albers, especializada en el tema, destaca en una publicación de la Cleveland Clinic que el divorcio del sueño representa "una elección consciente de separación durante las horas de descanso".
Según Stephanie Collier, psiquiatra de McLean Hospital y docente de Medicina en la Universidad de Harvard, por lo general, el fenómeno del 'Sleep Divorce' se inicia como una solución temporal. Sin embargo, muchas parejas encuentran que esta separación mejora notablemente la calidad de su descanso y, por lo tanto, el bienestar de su relación.
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Más de un tercio de los estadounidenses opta por el 'Sleep Divorce'. Según una encuesta reciente de la Academia Americana de Medicina del Sueño (AASM), más del 33% de las personas duermen ocasional o de manera más que recurrente en otra habitación para acomodar a su pareja. Los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de optar por el sofá o una habitación de invitados, con un 45% de ellos asegurando hacerlo, en comparación con solo un 25% de las mujeres.
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La investigación realizada por la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM) en 2023 revela que la tendencia se acentúa entre los millenials (la generación que ahora tiene entre 30 y 40 años), donde casi la mitad (43%) respondió que duerme separado de su pareja. La lista la sigue la generación X (nacidos entre 1965 y 1980), con un 33%; luego la generación Z (nacidos entre 1997 y 2012), con un 28%; y finalmente los baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964), con un 22%.
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Compartir la cama con su ser querido es un momento especial del día para algunos, pero para otros puede resultar incómodo o problemático. Cada vez más parejas, incluso algunas celebridades como Victoria y David Beckham o Melania y Donald Trump, están optando por dormir en habitaciones separadas.
En la Europa victoriana del siglo XIX, especialmente en la alta sociedad, era común que las parejas durmieran en habitaciones separadas para preservar la privacidad y las normas de decencia de la época. Se promovía la idea de camas gemelas para garantizar que el miembro más fuerte tuviera una cama adecuada, lo que se consideraba vital para su salud física y mental, y se creía que contribuiría a una vida más larga.
Las camas separadas eran indispensables para la salud. El doctor Edwin Bowers calificó a las camas separadas de un elemento tan indispensable como el hecho de que cada persona necesita un plato por separado para su comida: “Promueven comodidad, limpieza, y la delicadeza natural que existe entre los seres humanos” en un artículo publicado por pijamasurf.com. Más adelante, durante la década de los 30 a los 40, se popularizó el uso de camas separadas en la clase media.
A partir de los años 50, las camas separadas solían ser consideradas como un símbolo inequívoco de fracaso en el matrimonio. A partir de entonces, la noción ha resonado en las mentes de nuevas parejas, quienes buscan una mayor cercanía física durante el sueño.
En las sociedades occidentales, compartir la cama se ha erigido como un símbolo emblemático de la vida en pareja, simbolizando compromiso, intimidad y conexión emocional. Recientes investigaciones han revelado que, cuando existe compatibilidad en la pareja, dormir juntos puede disminuir los niveles de la hormona del estrés, el cortisol, y aumentar los de la hormona de la felicidad, la oxitocina. Así se expone en un interesante artículo sobre esta cuestión recientemente publicado en el diario español La Razón.
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Sin embargo, como con todas las decisiones de la vida, es importante evaluar tanto los beneficios como las posibles desventajas, recordando que somos parte de una pareja, pero también debemos cuidar de nosotros mismos.
Según un artículo publicado en Les Echos, la epidemia del sueño deficiente se ha convertido en un serio problema de salud. El reciente Premio Nobel de Medicina otorgado a un equipo de científicos por su trabajo sobre los principios que rigen nuestro reloj biológico.
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Se ha observado un marcado declive en la calidad del sueño, con la pérdida de aproximadamente 60 noches de sueño al año en los últimos 70 años. Además, es alarmante ver cómo ha disminuido la cantidad de horas de sueño, ya que en los años 50 los adolescentes dormían un promedio de nueve horas por noche, mientras que hoy en día más del 70% de ellos duermen menos de cinco horas por noche.
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Hoy en día, hay varias opciones para mejorar el sueño sin recurrir a dormir en habitaciones separadas. Por ejemplo, el método escandinavo implica compartir el colchón pero con dos edredones diferentes. Otra alternativa son las camas con dos colchones individuales o colchones gemelos adaptados a las preferencias de cada persona. Estas opciones permiten a las parejas satisfacer sus necesidades de sueño sin tener que separarse físicamente durante la noche.
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Las parejas pueden optar por dormir separadas por diversas razones, como horarios de sueño incompatibles, ronquidos, movimientos en la cama, necesidad de espacio personal o problemas de salud que requieren un entorno de sueño específico. A veces, esta decisión se considera una solución para mejorar la calidad del sueño y promover la salud y el bienestar en la pareja.
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Los distintos patrones y preferencias de sueño pueden afectar la dinámica de una relación, incluso en las más sólidas. Aunque el término 'Sleep Divorce' suene radical, para muchas parejas, la elección de dormir en habitaciones separadas no solo no debilita su vínculo, sino que puede fortalecerlo. Esta decisión permite que cada individuo satisfaga sus necesidades de descanso de manera más efectiva y fomenta un mayor respeto mutuo y comprensión dentro de la pareja. En última instancia, esto puede mejorar la calidad del sueño y promover una convivencia más armoniosa para ambos.
"El sueño es la piedra angular de nuestra salud mental", dice la doctora Albers en un artículo publicado por Cleveland Clinic. La investigación muestra que mejorar la calidad del sueño puede mejorar la depresión, la ansiedad, el estrés, e incluso la psicosis. La investigación indica que "cuando hemos descansado bien, nos comunicamos mejor, interactuamos mejor y tenemos una mejor intimidad", agrega.
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La decisión de dormir separados brinda la oportunidad de personalizar el entorno y horario según las necesidades individuales, evitando conflictos en la pareja. Además, esta elección consciente fortalece la relación al convertir la comunicación, el afecto y la intimidad en decisiones mutuas.
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Aunque dormir separados puede tener múltiples ventajas, algunas parejas pueden experimentar una distancia emocional afectando su vida romántica. Además, la separación para dormir puede ser costosa, ya que muchos no tienen los recursos para amueblar una segunda habitación. También puede ser una experiencia solitaria para aquellos que solían disfrutar de la compañía de su pareja durante la noche. Si no se gestiona correctamente, la decisión de dormir separados puede alimentar el resentimiento si ambas partes no están cómodas con el acuerdo o no están dispuestas a abordar los problemas que puedan surgir.
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Lo primero es prestar atención a las señales del cuerpo y a las necesidades de la pareja, y considerar si dormir separados podría mejorar tanto tu sueño como la relación. Antes de hacer cambios definitivos, experimentar para explorar cómo se siente. ¿Está mejorando la duración y la calidad del sueño de ambos? Es importante programar un tiempo juntos para discutir sus experiencias y conclusiones. Además, para contrarrestar la posible falta de intimidad que pueda surgir al dormir separados, asegúrense de reservar momentos para estar juntos y mantener esa conexión emocional.
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El sueño es fundamental para nuestro bienestar físico y mental, y su carencia puede impactar nuestras relaciones de pareja. Por esta razón, muchas parejas optan por dormir en habitaciones separadas, a pesar del estigma asociado al 'Sleep Divorce'. Se está descubriendo que esta práctica puede ser beneficiosa tanto para la relación como para la vida sexual.
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