Dramáticas imágenes de la sequía en España: así están los embalses
Vienen días en que quizás llueva en algunas partes de la península pero mucho tendría que llover para aliviar la situación que atraviesan las reservas de agua en España. Llevamos dos años de sequía y, según los datos que aporta el Ministerio de Transición Ecológica, las reservas de agua para el consumo estarían ahora mismo en torno al 48%.
Cataluña está sufriendo una sequía sin precedentes que ha obligado a aplicar restricciones al importante sector agrícola. En la imagen, el embalse de la Baells, en la provincia de Barcelona.
Pero no es sólo Cataluña. Si vamos hacia el sur, la situación de los embalses resulta dramática: las reservas dea agua de Andalucía están en torno al 27% y las de Murcia alrededor del 28%.
No sólo son las imágenes aáreas como las anterioes las que expresan el estrés hídrico que padecen los pantanos y embalses. Tierra agrietada y embarcaciones sin uso resumen el estado de nuestras reservas acuíferas.
No obstante, queda todavía lejos que se apliquen restricciones generales de agua para el consumo humano. Primero será la agricultura y la industria quienes padecerán (ya las están sufriendo) restricciones.
Cuando la situación puede convertirse en realmente preocupante y afectar al abastecimiento diario de agua a través de nuestros grifos es si no llueve a partir de septiembre.
España siempre ha tenido episodios muy duros de sequía. Es parte de la historia de un territorio de clima mediterráneo. Pero el cambio climático se percibe en que esos episodios se hacen cada vez más frecuentes y agudos.
Incluso en el norte de la península ha habido menos precipitaciones a lo largo de 2022 y 2023, y eso sí que es profundamente anormal.
Para el campo español esta sequía es un enorme golpe económico. Las cosechas de secano están perdidas prácticamente al 100% en muchas zonas. Lo cual, por cierto, incidirá seguramente en los precios del cereal y otros profuctos.
El gobierno ha aprobado un plan de urgencia que prevé emplear 2.000 millones de euros en aliviar los efectos de la sequía, sobre todo en la agricultura. También se invertirá en infraestructuras para hacer más eficiente la recogida y canalización de aguas.
Queda mirar al cielo y esperar que la meteorología sea benigna y, antes de que llegue oficialmente el verano, caigan algunas lluvias abundantes que ayuden algo a sobrellevar la sequía.
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