España ante un conflicto armado mundial: cómo es su ejército y cómo se reclutaría a la población civil
La tensión en el mundo no deja de crecer. La invasión de Ucrania, la situación en Oriente Medio que ha virado en un conflicto regional entre varias naciones o las continuas tensiones entre China y Taiwán son un buen ejemplo de ello. Un escenario por el que se extiende la preocupación ante un posible conflicto global que podría involucrar a España.
Aunque todos esos frentes abiertos se producen hoy a muchos kilómetros de distancia del territorio español, el país ibérico mantiene un compromiso como miembro de la OTAN de involucrarse en un conflicto armado en caso de ser necesario.
El tema en cuestión ha generado un sinfín de preguntas en torno a esa posibilidad de que España terminará pasando de ser testigo a un actor dentro de una guerra a nivel mundial. En ese sentido, ¿cuál es el potencial militar español y quiénes acudirían al frente en nombre del país y de sus aliados?
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Según los datos del portal Global Firepower, España se sitúa en el puesto 20 (de 145 países) entre las mayores potencias militares del mundo, por detrás de Estados Unidos, Rusia, China, India, Corea del Sur, Reino Unido, Japón, Turquía, Pakistán, Italia, Francia, Brasil, Indonesia, Irán, Egipto, Australia, Israel, Ucrania y Alemania.
Desde que el Gobierno de José María Aznar abolió definitivamente el servicio militar obligatorio, en España se puso en marcha un Ejército profesional que, en 2024, cuenta con unos 120.000 efectivos, lo que supone el 0,3% de la población total del país, según los datos de esta web.
España destaca en cuestiones como presupuesto militar, infraestructuras dentro del país por carretera y ferrocarril o puertos, además de contar con un número considerable de aviones militares, de transporte, para misiones especiales y entrenamiento, helicópteros, barcos, fragatas y submarinos y una importante dotación de fuerzas paramilitares.
En el lado contrario de la balanza, según Global Firepower se situaría la falta de aviones cisterna, vehículos lanzacohetes móviles, portaviones y buques destructores o corbetas, además de contar con una media de edad media-alta entre los miembros del ejército y reservistas.
En cuanto a capacidad en temas materiales, el Ejército español cuenta actualmente con 513 aeronaves (con una disponibilidad de 410 de ellas), 327 tanques, 15.046 vehículos blindados (12.037 disponibles) y 168 activos en las fuerzas navales, incluyendo fragatas, portahelicópteros, submarinos, buques de patrullaje y embarcaciones frente a minas.
Todo ello supone una inversión anual que, en 2023, según las cifras del Centro Delàs de Estudios por la Paz, ascendió a 27.000 millones de euros, 5.000 millones más que en el año anterior, un incremento que se explica por el compromiso de todos los miembros de la OTAN en elevar el gasto militar hasta el 2% del PIB del país.
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Dentro de ese presupuesto, que parte del Ministerio de Defensa del Gobierno de España, la mayor parte (un 57,2%) va destinado a cubrir los gastos de personal, mientras que, a otras cuestiones importantes como operaciones y mantenimiento o infraestructuras, se dedica un 16 y un 0,8%, respectivamente.
En cuanto a los gastos de personal, habría que distinguir según la jerarquía del Ejército. Por encima está el Rey Felipe VI y, tras él, tres categorías: A1 -generales, coroneles, tenientes, comandantes y capitanes, que cobran entre 59.387 y 30.082 euros anuales; A2 -suboficiales, funcionarios militares-, entre 32.703 y 24.659; y A3 -tropa y marinería del Ejército-, entre 21.807 y 17.838 euros.
En ese marco, se incluye también su participación indirecta en la guerra entre Rusia y Ucrania, sellando un acuerdo para el envío de ayuda militar al bando ucraniano por valor 1.129 millones de euros -incluyendo aquí carros de combate Leopard, misiles antiaéreos Patriot y torretas de armas remotas-, cantidad que pasará a ser de 5.000 millones hasta 2027.
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¿Y que sucede en caso de guerra? Como es obvio, los primeros en cumplir sus funciones y acudir al frente son los aproximadamente 120.000 efectivos con los que cuenta el Ejército, aunque, en caso de ser necesario, tendrían que unirse a ellos los reservistas.
Según la Ley de Carrera Militar, que fue aprobada en 2007 y entró en vigor en enero de 2008, se contemplan tres tipos de reservistas, que serían reclutados por orden empezando por los de especial disponibilidad y los voluntarios, grupo compuesto por ex militares y civiles adscritos a las Fuerzas Armadas que conforman un grupo de unos 8.000 efectivos.
El tercer grupo lo formarían ya los denominados 'obligatorios', civiles sin vinculación con las Fuerzas Armadas a los que se recurriría ante una situación especial como es una guerra y en cumplimiento del artículo 30 de la Constitución Española, que estipula que "los españoles tienen el derecho y deber de defender a España".
Para este caso extremo, el Gobierno tendría que pedir autorización al Congreso para convocarlos, estableciendo que el primer grupo de ellos que serían llamados a filas serían las personas incluidas dentro de la franja de edad de los 19 y los 25 años.
Según una encuesta realizada por la Asociación Internacional Gallup entre más de 46.000 personas de 45 países, un 47% de los ciudadanos de la Unión Europea no estarían dispuestos de defender a su país en caso de conflicto armado, una cifra que se eleva hasta el 53% en el caso de España, los más contrarios junto a italianos (78%) y austriacos (62%).
Para esos civiles que no quieran saber nada de guerras, en España siempre queda acogerse a la objeción de conciencia, una posibilidad que también contempla la Ley de Carrera Militar en su artículo 138 para aquellos que no quieran prestar servicio en las Fuerzas Armadas u otras organizaciones "en las que se requiera el empleo de armas".