La euforia desatada de Feijóo y Pedro Sánchez mirando para otro lado
El PP ganó en Galicia y Feijóo hace suya la victoria y habla de "plebiscito" que pone en la picota a Sánchez.
Y la primera en aplaudir al líder ha sido la presidenta madrileña. Todavía más: Ayuso ha dicho que "cualquier presidente normal" hubiera dimitido tras los resultados de las gallegas, señalando a Pedro Sánchez.
Pedro Sánchez, inmediatamente después de la catástrofe elecrtoral, permaneció callado. Ni frío ni calor. Ningún titular para la prensa declarado públicamente. A la espera de que pase el temporal. Aunque desde su gobierno sí hubo explicaciones.
En la cadena SER, en una entrevista con Àngels Barceló, la vicepresidenta María Jesús Montero quitó hierro a la debacle en Galicia, Su tesis: no es para tanto porque la subida del BNG es con "votos prestados" del PSOE que ya volverán a casa.
Pero en los medios conservadores y críticos con el Gobierno, se ve a Pedro Sánchez ya fuera de La Moncloa. Jorge Bustos (en la imagen) escribía en El Mundo: "Ante el páramo ululante de ruinas socialistas y viudas mediáticas que dejará la caída de Pedro, ¿seremos capaces de escribir otra cosa que yo ya lo dije, yo ya lo dije, yo ya lo dije?"
Desde la COPE, decía Carlos Herrera: "Sencillamente Pedro Sánchez y sus mariachis de Ferraz no han querido hacer autocrítica tras el churrete electoral que le ha salido al PSOE en Galicia".
A puerta cerrada, el PSOE admite que tiene un problema en muchos territorios, donde no hay un liderazgo sólido y se pierden votos. El propio Sánchez pidió a sus compañeros algo bastante insólito...
Según recogió El País, dijo Pedro Sánchez a los suyos, reunidos en Ferraz el lunes tras las elecciones, que había que "consolidar liderazgos regionales" que, incluso, trasciendan la marca PSOE. Algo sorprendente porque de unos años a esta parte los candidatos regionales, más o menos, se imponen desde Madrid (prácticamente es el propio Sánchez quien los elige).
Y en medio de este panorama, volvió a discrepar públicamente Page, quien pidió un viraje de timón en el PSOE antes de que "el ciclo se convierta en ciclón".
De momento, Pedro Sánchez sigue a lo suyo. El lunes se reunía con el ministro de Exteriores chino, Wang Yi.
Pedro Sánchez es un superviviente político y sabe que cada día tiene su afán. Y pasadas las elecciones gallegas, toca llegar a un acuerdo con Junts para aprobar la amnistía y que la legislatura continúe con toda la placidez posible. (Aclaración: la foto es de 2016, cuando Puigdemont era un presidente autonómico más y no un incómodo prófugo de la justicia española).