Reptilianos, ¿una posible forma de discurso de odio?
La leyenda de los reptilianos (seres extraterrestres -o intraterrestres- infiltrados en la sociedad humana) es una mezcla de relato fantástico, teoría de la conspiración y, en ocasiones, discurso de odio puro y duro.
Sobre el origen de los reptilianos hay debate: ¿proceden del espacio o son la evolución de una raza prehumana?
Foto: Unsplash (Albert Antony)
Una de las teorías más apoyadas por los creyentes en los reptilianos es la que afirma que provienen de la estrella Alfa Draconis, situada en la constelación del Dragón.
Pero hay otros que consideran que podrían ser una evolución de una especie de dinosaurio que no se habría extinguido, apoyándose (muy libremente) en las ideas de Carl Sagan (en la imagen) recogidas en las páginas de 'Los dragones del Edén' ('The Dragons of Eden'), libro por el que ganaría el Pulitzer en 1978.
"¿Es una mera coincidencia que los sonidos onomatopéyicos que el hombre emite para reclamar silencio o llamar la atención tengan extraño parecido con el silbido de los reptiles?", se pregunta Sagan. Los devotos de la fe reptiliana creen que el científico, con frases así, les da la razón.
El caso es que (pese a que, obviamente, no hay ninguna prueba que demuestre su existencia), se atribuye a los reptilianos una serie de capacidades sobrehumanas, como la de cambiar su apariencia a voluntad, camuflándose y ocultándose entre celebridades, dirigentes, reyes y líderes religiosos.
¿Con qué finalidad? Con la de tener a la humanidad esclavizada y sometida. Ahí es nada.
La historia de los reptilianos puede sonar a broma pero hay gente que se lo toma en serio. Y muy en serio afrontan el asunto las autoridades de Australia, Alemania y Países Bajos (o los propietarios de una cadena de librerías canadiense), que coinciden en vetar a David Icke, promotor de una teoría reptiliana que, según gobiernos y ONG's, oculta un discurso antisemita. Pero ¿quién es David Icke?
Fue David Icke, exfutbolista británico (antiguo portero del Hereford United) reconvertido en escritor y conferenciante de referencia en temas conspiranoicos, quien expuso en 1999 en su obra ‘The Biggest Secret’ (‘El mayor secreto’), su teoría sobre los reptilianos.
Él asegura, sin dejar lugar a la duda, que los reptilianos están entre nosotros y forman parte de la élite que gobierna el mundo, lo que le ha llevado a reunir a su alrededor una auténtica comunidad de fieles que creen con fervor todo lo que dice (además de una auténtica fortuna monetaria).
Icke afirma que los 'humanoides reptoides' viven entre nosotros con el propósito de esclavizar a los humanos y subyugar a la humanidad. Eso suena increíble, extravagante y, quizás en una primera impresión, inocente. Pero según expertos en el Holocausto y eruditos judíos, activistas y miembros de grupos contra la difamación, esa teoría tiene muchas similitudes con el pensamiento antisemita.
Bart Wallet, profesor de estudios judíos en la Universidad de Amsterdam, explicó en Radio 1 de Holanda que la teoría de la conspiración de Icke contiene "pensamientos y expresiones antisemitas". La idea de los reptiles, dice, se basa en "una vieja imagen antisemita de los judíos representados como serpientes o lagartos".
Imagen: Folleto de propaganda alemana, Memorial del Holocausto de Filadelfia (philaholocaustmemorial.org)
La teoría de los reptiles recuerda a las representaciones antisemitas clásicas, como el folleto de esta foto, 'El peligro judío', atribuido al ruso Mathieu Golovinsky en 1938. En esos escritos, los judíos son retratados como seres inhumanos empeñados en la dominación global. Son "los malos", como explica el profesor Wallet, y todas las demás personas son "los buenos". Imagen: USC Shoah Foundation Yad Vashem, dominio público
Aunque David Icke ha hecho comentarios inocuos como afirmar ser el hijo de Dios o que la luna es una construcción artificial, sus teorías de conspiración sobre los judíos son notorias. Por ejemplo, como relata la BBC, afirmó falsamente que el coronavirus se propagó por la radiación 5G y que un grupo judío estaba detrás. En la imagen, David Icke durante una protesta antivacunas.
Otros disparates proferidos en algún momento por David Icke: presentarse como hijo de Dio (o, mejor dicho, de una Deidad), anunciar que el mundo se acabaría en 1997 o sostener que la Luna es una construcción artificial.
En lo que a construcción del relato reptiliano se refiere, David Icke se apoya, principalmente, en una leyenda que circulaba entre los indios Hopi, que sugería que existía un conjunto de túneles en Los Ángeles habitado (según afirmaban) hace, unos 5.000 años, por una raza de lagartos. En el año 1933 el ingeniero de minas G. Warren Shufelt dijo que había dado con ellos.
Otro autor, el estadounidense Scott Alan Roberts, que ha escrito multitud de libros sobre estos temas, se ha apoyado en la mitología y en antiguos elementos de culturas antiguas para reafirmar sus teorías.
Así, por ejemplo, encontramos a Atum, el hombre-serpiente egipcio; Quetzalcotl, el dios serpiente de los mayas; Enki/Ea, la serpiente de doble hélice de la antigua literatura sumeria o la bíblica Serpiente Nahash del Jardín del Edén.
El caso es que esta teoría conspiranoica, sin duda una de las más extendidas, ha pasado a formar parte de la cultura popular en todo el mundo.
Sirva de muestra el tercer episodio de la serie de animación que se emite en Netflix ‘Inside Job’, en la que vemos como tanto Taylor Swift como la desaparecida Reina Isabel II de Inglaterra dejan ver su apariencia reptiliana en mitad de una fiesta.
No en vano, la reina británica siempre estuvo en el punto de mira en este sentido, liderando todas las apuestas.
También presidentes de los Estados Unidos como Donald Trump y Obama han sido siempre fijos en todas las listas. O celebridades como Justin Bieber, de quien medios australianos sensacionalistas llegaron a publicar en 2017 que se había convertido en reptil en mitad de un aeropuerto…
Basta tener éxito reconocible o ascender al poder para que la sombra reptiliana recaiga sobre uno. Y si no que le pregunten a Mark Zuckerberg, de quien se han analizado todos y cada uno de sus gestos, encontrando a menudo extrañas muecas que pueden inducir a pensar en un origen no humano. Aunque nada más lejos de la realidad, pues siempre se trata de burdos montajes o juegos de perspectiva.
Si bien toda esta historia de los reptilianos puede sonar ridícula, su uso perverso por parte de ideólogos del odio como David Icke resulta muy peligrosa.
El hecho de que agitadores influyentes como David Icke utilicen la teoría reptiliana para sugerir que "los males" de la sociedad provienen de un complot (al mismo tiempo que dicen que las élites judías quieren tomar el control del mundo) puede guiar a sus seguidores hacia el odio y la violencia antisemita.
El hecho de que oradores influyentes como David Icke utilicen la teoría para sugerir que "los males" de la sociedad están tramando un complot -al mismo tiempo que dicen que las élites judías quieren tomar el control del mundo- puede llevar a sus seguidores a actuar violentamente contra esas élites.
De hecho, a Icke se le ha prohibido la entrada a Holanda, y en consecuencia, a toda la comunidad Schengen de 26 países europeos, durante dos años. La medida pronunciada es una indicación de cuán en serio los gobiernos toman las repercusiones de su teoría de la conspiración, ya sea sobre reptiles, judíos o ambos.
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