Se agota el tiempo para Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido citado por el juez Peinado para declarar en relación con una investigación en curso. Sánchez ha solicitado realizar su declaración por escrito, en lugar de hacerlo en Moncloa, como inicialmente había propuesto el instructor. Paralelamente, el Gobierno ha sufrido dos derrotas significativas en el Congreso tras la unión de los votos de PP, Vox y Junts en votaciones clave. Este contexto político plantea interrogantes sobre la estabilidad del mandato de Pedro Sánchez.
De momento, Pedro Sánchez sonríe (como en esta foto de su encuentro el martes con los equipos olímpico y paralímpico) pero hay quien vaticina unas elecciones anticipadas que ya se avistarían en el horizonte.
Pedro Sánchez es experto en resistir y tiene a su alrededor a su fieles, quienes hablan de "persecución despiadada" para referirse a la investigación del juez Peinado a Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno.
Ha sido Félix Bolaños, ministro de Justicia, quien ha verbalizado el malestar del Gobierno por la instrucción del juez Peinado: "Lo que parece es y es una persecución absolutamente despiadada contra el presidente del Gobierno y su familia".
Según El Confidencial, en el PSOE hay quien ya habla en privado de que el juez Peinado estaría cometiendo prevaricación ("tomar una resolución injusta o ilegal a sabiendas") con el objetivo de hacer caer a Pedro Sánchez.
En principio, el juez Peinado irá a Moncloa el próximo martes 30 de julio para tomar declaración a Pedro Sánchez. Quiere grabarlo en vídeo. Pedro Sánchez ya le ha pedido declarar por escrito.
Sea por escrito o cara a cara, según la cadena SER, hay numerosos juristas sorprendidos de la decisión del juez. Y tanto el abogado de la defensa de Begoña Gómez como la propia Fiscalía se oponen a que se tome declaración al presidente del Gobierno por improcedente.
Los medios interpretan que el juez quiere saber si hubo un complejo "trafico de influencias en cadena". Es decir, si las reuniones y contactos que tuvo Begoña Gómez luego tuvieron un efecto gracias a que el marido de la investigada, Pedro Sánchez, movió ficha.
Sin embargo, la investigación del juez Peinado es tan confusa que, por un lado, apunta hacia reuniones con el empresario tecnológico Barrabés y, por otro, a los trabajos de Begoña Gómez con la Universidad Complutense, sin que se sepa aún en cuál de los asuntos hubo presunta ilegalidad.
Si finalmente hay declaración ante el juez, lo más probable es que (igual que hizo Begoña Gómez) Pedro Sánchez se acoja a su derecho a no declarar. Entre otras cosas, porque es algo que se contempla como admisible legalmente cuando se llama a declarar al cónyuge de una persona investigada.
De momento, en público, Pedro Sánchez sonríe. Y mucho. No da sensación de debilidad. Veremos.