Salvador Illa: la verdadera historia del líder del PSC
Salvador Illa se distingue como una figura atípica en el ámbito político. Su carácter amable, su temple sereno y su habilidad para conciliar son elementos que contribuyen a su escasa antipatía entre colegas y adversarios.
Si algo caracteriza a Salvador Illa es su carácter taimado. El carácter que le llevó a afrontar la mayor crisis sanitaria del siglo XXI de la forma más eficiente y efectiva que se podía. Y es que, por si alguien lo ha olvidado, Illa era el ministro de Sanidad que tuvo que lidiar con la pandemia de Covid-19.
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La pregunta que toca hacerse es, ¿cómo llegó un hombre tranquilo como Salvador Illa a dirigir uno de los Ministerios de mayor relevancia del Gobierno Central y a recuperar la Generalitat para el PSC? ¿Quién es verdaderamente Salvador Illa? ¿Cuáles son sus claves personales?
Salvador Illa es hijo de un trabajador de la industria textil catalana y una ama de casa. Es decir, procede de un estrato social humilde. Tiene dos hermanos. Sobre su situación sentimental, silencio. ¿Casado, soltero, divorciado? Salvador Illa ha sabido blindar su apartado sentimental y no suele exhibirlo. Eso sí, de su trayectoria profesional es fácil encontrar información.
Dicen que a Illa le interesó el mundo de la política desde bien joven. Nació en la provincia de Barcelona, concretamente en La Roca del Vallès, el 5 de mayo de 1966. Estudió Filosofía en la Universidad de Barcelona y, tras hacer el servicio militar, cursó un máster en Economía y Dirección de Empresas en la Universidad de Navarra. Fue durante la carrera cuando accedió al cargo de concejal de Cultura del Ayuntamiento de La Roca del Vallès, con apenas 21 años.
En 1995 se afilió al PSC y, tras la defunción del que fuera alcalde de La Roca del Vallès, Romà Planas i Miró, Salvador Illa fue investido como regidor del municipio, antes de llegar a la treintena. Comenzaba así una prometedora carrera política para Illa en Cataluña destacando, pronto, dentro de su partido.
Desde finales de los 90 y comienzos de los 2000, Salvador Illa ostentó cargos en la Generalitat, en el Ayuntamiento de Barcelona y en la cúpula del PSC. Todo hasta llegar al año 2016 cuando, de mano de Miquel Iceta, se convertía en secretario del Área de Organización del PSC.
Fue en enero de 2020 cuando Pedro Sánchez ficha a Salvador Illa como miembro de su Gobierno, nombrándole ministro de Sanidad, en sustitución de María Luisa Carcedo. Era, de momento, la culminación de una carrera política sin grandes sobresaltos y, en el momento de jurar su cargo, todo apuntaba a una legislatura tranquila en lo que a su área se refería.
Pero llegó el coronavirus a nuestras vidas. Los españoles y las españolas ponían voz y rostro al ministro de la pandemia, al hombre que, junto a Fernando Simón, daba cuenta de los avances de un cruel virus que dejaba al mundo lleno de ciudades fantasma y a un Salvador Illa cuyo tono tranquilo transmitía calma en un momento de caos.
Sólo en el Congreso ha sonado crispada la voz de Salvador Illa. En octubre de 2020 le acusaron de estar en contra de Madrid y de "querer volver a Cataluña como ariete de la madrileñofobia". La acusación la hacía un Partido Popular que tildaba al ministro de Sanidad como "activista" de Pedro Sánchez.
"Yo no tengo un pulso con Madrid, tengo un pulso con la Covid", decía entonces el ministro enfrentándose a los ataques del PP. "Si sienten y tienen estima por España", argumentaba Illa entonces dirigiéndose a la bancada popular, "no provoquen divisiones ni agiten fantasmas". Precisamente, este talante integrador es el que ha permitido a Illa derrotar al independentismo en Catalunya.
La tensión entre la oposición de VOX y el PP con Salvador Illa, sobre la gestión de la pandemia y sus diferentes medidas alcanzó su punto álgido cuando se supo que el político catalán tenía intención de abandonar su Ministerio para ser candidato del PSC a la Generalitat, en las elecciones del 14 de febrero de 2021.
Isabel Díaz Ayuso, líder del PP madrileño y presidenta de la Comunidad de Madrid, le tachó entonces de "ministro a la fuga" y le acusó de anteponer sus aspiraciones políticas a las necesidades de los españoles en plena pandemia.
Y así lo hizo. Tras un año al frente de Sanidad, Salvador Illa volvió a Catalunya para encabezar la lista del PSC que, a la postre, ganaría las elecciones pero empataría en escaños (33) con ERC, cuyo candidato, Pere Aragonès, acabaría gobernando junto a JxCat y CUP.
A pesar de no gobernar, Salvador Illa había dado el primer paso para la reconquista del PSC en la Generalitat, una reconquista que llegó tres años más tarde, en mayo de 2024.
En el verano de 2024, Illa reúne los apoyos suficientes para gobernar gracias a un pacto con ERC y Comú Podem. Su investidura se celebra el 8 de agosto de 2024 con la vuelta de Puigdemont a España de fondo.
Por cierto, mientras se define el Gobierno de la Generalitat, no está de más saber que Salvador Illa es un runner consumado, muy habitual por el Passeig Marítim de Barcelona, además de aficionado del Espanyol, devorador de libros sobre política y economía y, como no, un apasionado de los viajes y el cine. Lo dicho, un tipo tranquilo.