Las fobias más comunes y sus nombres

¿Cuáles son las fobias más habituales?
Oscuridad, animales, alturas...
Aerofobia 
Cinofobia
Claustrofobia
Astrafobia o Brontofobia
Hematofobia o Hemofobia
Nictofobia
Acrofobia
Aracnofobia
Ofidiofobia
Zoofobia
Agorafobia
Dentofobia
Necrofobia o Tanatofobia
Amaxofobia
Enoclofobia
Coulrofobia
Fagofobia o Sitofobia
¿Cuáles son las fobias más habituales?

Dícese del "temor intenso e irracional, de carácter enfermizo, hacia una persona, una cosa o una situación". Así define el diccionario la fobia. La realidad es bien distinta pues, para quienes las sufren, resulta muy complicado explicar el bloqueo que les generan sus fobias.

Oscuridad, animales, alturas...

Miedo a determinados animales, espacios abiertos, a la soledad, a la oscuridad... Las fobias son más habituales de lo que mucha gente imagina. La pregunta es, ¿conoces el nombre científico de las fobias más comunes?

Foto: Unsplash - Jez Timms

Aerofobia 

El miedo a volar es tan habitual que las aerolíneas tienen planes específicos para los pasajeros que presentan determinados síntomas en un vuelo. Curiosamente, en ocasiones, el miedo a volar es, en realidad, miedo a las alturas o a espacios cerrados.

Foto: Unsplash - Josue Isai Ramos Figueroa

Cinofobia

El miedo a los perros no entiende de tamaños ni razas y suele ser pánico genéricos a los canes. Por lo general, se asocia a alguna experiencia traumática, especialmente en la infancia.

 

Claustrofobia

El miedo a los espacios cerrados es de las fobias más comunes. Desde un ascensor, a una habitación, pasando por un coche, el interior de un vagón de Metro o cualquier entorno que sea susceptible de dejar encerrado a alguien.

Foto: Unsplash - Kazuo Ota

Astrafobia o Brontofobia

El miedo a los truenos, relámpagos, tormentas y tempestades también incluye el temor a ser alcanzado por un rayo. Suele ser un miedo infantil pero, en ocasiones, se mantiene hasta la edad adulta. Esconderse en algún punto de casa suele ser una reacción habitual en quienes la padecen.

Foto: Unsplash - Alexandre Brondino

Hematofobia o Hemofobia

El miedo a la sangre o a las heridas es muy común y también muy escandaloso, pues suele provocar mareos, desmayos y sudoración. Suele ir vinculado al temor a las agujas, lo que complica sobremanera extracciones o pinchazos en general.

Foto: Unsplash - National Cancer Institute

Nictofobia

El miedo a la oscuridad es uno de los temores infantiles más extendidos. La imaginación suele jugar malas pasadas y elementos como monstruos o fantasmas pueden aparecer de forma habitual durante la infancia.

Foto: Unsplash - Carolina Pimenta

Acrofobia

El miedo a las alturas se asocia a pisos elevados, balcones, azoteas, aviones y demás zonas elevadas. No obstante, hay quienes no pueden acercarse a una ventana o subir en un ascensor con vistas, lo cual puede llegar a generar severos problemas sociales.

Foto: Unsplash - Samson

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Aracnofobia

El miedo a las arañas, en algunas ocasiones, está justificado, pues hay arañas que por tamaño y aspecto, asustan a cualquiera. Ahora, quienes sufren aracnofobia, huyen de arañas incluso pequeñas o llegan a evitar lugares y zonas donde las vieron mucho tiempo atrás.

Foto: Unsplash - Dev Leigh

Ofidiofobia

El miedo a las serpientes, como pasa con las arañas, está justificado en la mayoría de ocasiones. Ahora, quienes sufren esta fobia, pueden llegar a bloquearse y quedar a merced de la serpiente a la que tanto temen.

Foto: Unsplash - David Clode

Zoofobia

El miedo a los animales, en general. A cualquier tipo de animal. Desde un gato a un pequeño ratón, pasando por una vaca o un caballo. Incluso a las gallinas.

Foto: Unsplash - Ben Moreland

Agorafobia

El miedo a los espacios abiertos implica que las personas afectadas sientan inseguridad o la sensación de no poder recibir ayuda en caso de tener un percance. Es una de las fobias de peores consecuencias, pues hay quien termina por no salir de casa.

Foto: Unsplash - Marco Biondi

Dentofobia

El miedo al dentista tiene muchos motivos lógicos, que van del dolor al precio de las intervenciones. Ahora, este pánico es irracional, hasta el punto de que mucha gente opta por mantener su problema dental sin solucionar, antes que acudir al especialista.

Foto: Unsplash - Engin Akyurt

Necrofobia o Tanatofobia

El miedo a lo relacionado con la muerte no implica, necesariamente, la propia muerte sino elementos vinculados a ella. Por ejemplo, acudir a tanatorios, hospitales, ataúdes o pensar en personas o animales sin vida. Incluso ver una noticia en televisión puede llegar a bloquear a alguien.

Foto: Unsplash - Linda Gerbec

Amaxofobia

El miedo a conducir se vincula, sobre todo, a coches. Suele derivar de una situación traumática, como un accidente, aunque en ocasiones no hace falta que pase algo para que surja de la nada. Hay quien no vuelve a conducir jamás por esta fobia.

Foto: Unsplash - Art Markiv

Enoclofobia

El miedo a las multitudes puede generar ansiedad y ataques de pánico en quienes la sufren, haciendo que evite situaciones sociales concurridas y limitando su vida social al mínimo. Incluso pensar en aglomeraciones, como en un concierto, puede disparar la enoclofobia.

Foto: Unsplash - Craig Whitehead

Coulrofobia

El miedo a los payasos es algo habitual en niños y niñas, aunque puede tener continuidad en la adolescencia y etapa adulta. El excesivo maquillaje, la nariz roja y el hecho de ocultar la verdadera identidad, es lo que más miedo da a quienes sufren esta fobia.

Foto: Unsplash - Zorik D.

Fagofobia o Sitofobia

El miedo a atragantarse también suele aparecer tras una situación de atragantamiento real y afectar, de forma notable, al día a día. Hay quienes han dejado de comer sólidos y han basado su alimentación en líquidos y purés, incluso quienes no se toman pastillas vía oral por miedo a atragantarse, poniendo en riesgo su propia salud.

Foto: Unsplash - Elena Leya

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