Preocupación por las medidas que Trump adoptará en relación con China y Rusia
Con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, surgen interrogantes sobre las implicaciones que tendría para Estados Unidos y sus relaciones exteriores, especialmente con países como Rusia y China. Aunque las certezas son limitadas en este momento, es posible especular al respecto.
En julio, Al Jazeera informó que funcionarios de inteligencia estadounidenses afirmaron que el Kremlin esperaba que Trump ganara el 5 de noviembre.
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Newsweek destaca que en el pasado, el magnate neoyorquino ha elogiado al presidente ruso Vladimir Putin, llamándolo “genio” e “inteligente”.
Al mismo tiempo, Trump ha criticado la ayuda financiera y militar que Estados Unidos ha proporcionado al gobierno ucraniano.
“Cada vez que viene a nuestro país, se va con 60.000 millones de dólares”, afirmó Trump sobre el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, citado por EuroNews.
EuroNews destaca que la Unión Europea está preocupada de que la victoria de Trump signifique que Estados Unidos cortaría el dinero y los recursos a Ucrania, dejando a Kiev librada a su suerte.
China es otra superpotencia que un ojo a las elecciones estadounidenses. A diferencia de Moscú, Pekín ha sido descrita como una potencia preocupaba ante el segundo mandato de Donald Trump.
Según The Economist, hay tres áreas que el gobierno chino está tomando en consideración para determinar qué victoria lo beneficiaría más: comercio, seguridad y estabilidad.
Durante su primer gobierno en la Casa Blanca, Trump se involucró en una guerra comercial con China, aumentando los aranceles y acusando a Pekín de robo intelectual y prácticas comerciales desleales.
The Economist destaca que el líder chino Xi Jinping quiere consolidar a China como una alternativa al liderazgo global estadounidense. Trump favorece el aislacionismo, debilitando y dividiendo a Occidente y beneficiando a Pekín.
Finalmente, The Economist sostiene que la victoria de Trump podría traducirse para China en riesgos a corto plazo, debido a la impulsividad del magnate neoyorquino, pero en ganancias a largo plazo, mientras Pekín observa desde la distancia cómo Estados Unidos cae en el caos.
Luego está la cuestión de Taiwán. Harris sin duda habría seguido la política de Biden de representar a la nación insular, pero con Trump, Pekín probablemente tenga más margen de maniobra.
Newsweek escribe que las opiniones están divididas en Teherán sobre lo que significaría una victoria de Trump para Irán.
Durante su primer gobierno, Trump retiró a Washington del acuerdo nuclear con Irán y Estados Unidos lanzó una serie de ataques aéreos en los que murió el general Qassem Soleimani.
También está la pregunta de si el apoyo de Trump al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se traduciría en represalias mayores y más fuertes contra Irán.
Por último, está el caso de Corea del Norte. En 2019, Donald Trump se convirtió en el primer presidente estadounidense en pisar el llamado 'reino ermitaño'.
Según Newsweek, Trump ha admitido que “se lleva muy bien” con el líder norcoreano Kim Jong-un, a pesar de apodos como “el pequeño hombre cohete”.
Es poco probable que Trump en la Casa Blanca trabaje junto con aliados regionales, como Japón y Corea del Sur, una relación caótica de la que Pyongyang podría beneficiarse.
Por supuesto, como estamos hablando de Donald Trump, es difícil saber qué dirección tomarán las cosas; con Trump esperamos lo inesperado.