Aumentan los misteriosos ataques de orcas a barcos en el sur de España
Sucedió este mes de mayo en aguas del Estrecho de Gibraltar, entre España y Marruecos. Un velero de bandera británica fue atacado por orcas y casi hundido. Sólo la intervención de un helicóptero de salvamento marítimo evitó la tragedia, al evacuar a los cuatro tripulantes.
El suceso fue protagonizado por tres orcas, que atacaron el velero cerca de las costas Barbate, localidad andaluza de la provincia de Cádiz. Las orcas rompieron el timón y abrieron una gran vía de agua en el caso de la embarcación, según recogió Reuters.
Esta vez se hizo necesario rescatar con urgencia a los tripulantes con el helicóptero. Se evitó el hundimiento in extremis utilizando una bomba de agua para achicar el agua. Pero sin la ayuda de salvamento marítimo, el océano se hubiera tragado embarcación y tripulantes.
Los ataques a embarcaciones pequeñas (principalmente veleros) siguen aumentando en el Estrecho de Gibraltar y cada vez resultan más peligrosos. Aunque los biólogos se niegan a denominar "ataques" a estas acciones y buscan su significado.
En 2021 se reportaron, según Reuters, 270 "interacciones" (así lo califican las autoridades marítimas) con embarcaciones de recreo. Y siguieron en 2023. Sólo en mayo de este año hubo 20 ataques (o "interacciones"). Las orcas, muchas veces en grupo, embisten a barcos no muy grandes provocando daños de importancia.
Imagen: David Ramírez / Unsplash
Algunos testimonios hablan de verdadera angustia ante la acción de las orcas. En 2021 una pareja que hacía la ruta entre Azores y Barcelona aseguró a El Independiente: "Estuvimos durante una hora rodeados de 15 orcas". Sucedió también en aguas de Barbate, localidad gaditana dentro del muy transitado Estrecho de Gibraltar. Telefonearon a Salvamento Marítimo, quien fue en su rescate, pero hasta que llegaron, se les explicó cómo seguir un estricto protocolo (que consiste, básicamente, en dejarse zarandear). Temieron naufragar.
Los biólogos aún no tienen una idea cierta de por qué proliferan estos ataques. La participación de crías junto a sus madres hace sospechar a algunos investigadores que dicha práctica se ha instituido entre las orcas como aprendizaje para educar a las ballenas más pequeñas.
De hecho, en los testimonios de quienes iban en los barcos atrapados se repite una idea: un liderazgo de los ejemplares adultos. Como si dieran instrucciones al resto.
En cualquier caso, lo que se recomienda es parar máquinas, arriar velas, dejar el timón, que la embarcación sea zarandeada el tiempo que quieran las orcas y, sobre todo, no acercarse a las bandas.
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No se ha habido heridas de consideración entre quienes iban en los barcos que sufrieron las interacciones de las orcas pero sí han quedado las embarcaciones con serios desperfectos. La rotura del timón es lo más habitual. La zona en torno al cabo de Trafalgar (en la imagen) es uno de los puntos calientes de los ataques.
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A la orca se le conoce tradicionalmente como "ballena asesina". De un modo absolutamente injustificado. Son animales pacíficos. De hecho, insisten los biólogos, ni siquiera esto que se está viendo en el Estrecho de Gibraltar pueden considerarse ataques. No quieren devorar seres humanos ni nada parecido.
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Sí se ha podido registrar en grabaciones ataques de orcas a tiburones blancos en la bahía de San Francisco. Pero se trata de pura supervivencia, vida salvaje, alimentación. Hay que insistir en que la carne humana no entra en el menú de estas ballenas.
Las orcas suelen comer peces de gran tamaño y, si en su zona existen ejemplares, focas.
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Las orcas, como el resto de ballenas, son animales muy inteligentes. Usan trucos para cazar (simular que están varadas en una playa para engañar a las focas y cazarlas por sorpresa), se organizan socialmente en grupos (generalmente pequeños), juegan con las embarcaciones...
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Una curiosidad: las orcas macho viven, de media, 17 año; las orcas hembra, 29. Pero se han conocido casos de orcas centenarias.
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La captura de orcas para su reclusión en parques marinos resulta una práctica más que discutible. Animales que suelen hacer cientos de kilómetros diarios a través del mar son encerrados en piscinas. Su cerebro se resiente y se han reportado ataques mortales de orcas en cautividad hacia sus adiestradores.
La pregunta es: ¿cómo afrontar las "interacciones" de las orcas que dificultan la navegación de embarcaciones de recreo en el Estrecho de Gibraltar? Las autoridades marítimas españolas sólo han encontrado una forma: prohibiendo navegar en ciertas áreas a los barcos de vela o motor de menos de 15 metros. También se prohibe su fondeo fuera de las zonas balizadas.
Imagen: José Antonio Jiménez Macías / Unsplash
La navegación de recreo ha experimentado un verdadero auge en los últimos años. Cada vez hay más barcos de este tipo en el mar y olvidamos que el mar pertenece a sus moradores primigenios: las criaturas que en estas aguas tienen su hogar.
Imagen: Mike Doherty / Unsplash
Sólo queda esperar. De momento, la navegación de barcos de recreo sufrió restricciones en el sur de España, pero sólo temporales. Los biólogos siguen investigando qué les pasa a las orcas, por qué nos atacan.
Imagen: Tim Cole / Unsplash
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