Cómo detectar a un mentiroso

Mentir es una habilidad común entre los humanos. A veces una mentira no importa pero otras tiene relevancia. ¿Es posible saber si nos mienten aplicando técnicas científicas? La respuesta es sí.

Un estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Amsterdam en colaboración con las Universidades de Maastricht y Tilburg, revela que detectar mentiras puede ser más fácil de lo que pensamos.

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Publicado en la revista Nature Human Behaviou, en marzo de 2023, el estudio sugiere que tanto el lenguaje corporal o facial como el movimiento de los ojos o el grado de persuasión del hablante no son elementos fundamentales para identificar una mentira, como se creía anteriormente.

Lo mejor es centrarse en un aspecto: el contenido del discurso y su nivel de detalle.

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Estudios anteriores intentaron hallar las claves para detectar una mentira combinando diferentes factores (como la "consistenci"a y la "objetividad"),pero el resultado de esas señales a menudo resultaba contradictorio.

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El estudio de la Universidad de Ámsterdam menciona como ejemplo de método desfasado un programa estadounidense para identificar a los mentirosos que valoraba 92 ítems para ser analizados, incluyendo presión arterial, ritmo respiratorio, factores psicológicos, latidos cardíacos, entre otros.

Sin embargo, considerar tantos elementos al mismo tiempo hace que la tarea sea poco práctica, además de dificultar la detección de mentiras en un corto período de tiempo.

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Bruno Verschuere, autor del artículo científico sobre detección de mentirosos y profesor asociado en el departamento de Psicología Forense, le dijo al canal de YouTube de la Universidad de Amsterdam (@uva-socialsiencesbehaviour): "En general, los seres humanos estamos poco dotados para identificar mentiras. El nivel de acierto es del 54 % en promedio, un número muy malo".

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Pero después de décadas de tratar de encontrar una forma efectiva de detectar una mentira, el nuevo estudio apunta a un camino prometedor.

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Con este nuevo enfoque, lo ideal es ignorar todo lo que no forma parte del contenido objetivo del discurso o relato. Quedan fuera, pues, las emociones, el tono de voz y la gestualidad del hablante.

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"Aunque es muy contrario a la intuición, se trata simplemente escuchar lo que dice la gente y no prestar atención a otras señales, como cuán convincente resulta o lo que emocionalmente transmiten con su historia", explica el investigador Bruno Verschuere en el sitio web de la Universidad de Ámsterdam.

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Al principio es necesario estar atento, ya que solemos dar mucha importancia a otros factores, además de al propio discurso. Pero, con un poco de entrenamiento, la tarea se vuelve bastante accesible, siendo perfectamente posible detectar a un probable "mentiroso".

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El experimento de esta investigación se basó en tomar un grupo de estudiantes y dividirlos en dos facciones: los culpables y los inocentes.

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El grupo de culpables recibió instrucciones de robar un examen de una caja fuerte, mientras que el grupo de inocentes recibió instrucciones de pasar media hora en el campus universitario y realizar actividades como ir a la biblioteca, tomar café o llamar a un amigo.

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Después de media hora, ambos grupos se reunieron y tuvieron que relatar lo que habían hecho en los últimos 30 minutos, describiendo sus actividades. Obviamente, la mitad de los estudiantes (los que robaron el examen) estaban obligados a mentir.

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Las declaraciones fueron grabadas para permitir un análisis posterior. Con dichas grabaciones se realizaron nueve estudios basados en este experimento, en los que se pidió a 1.445 personas que clasificaran el discurso de los estudiantes como verdadero o falso.

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Para que las personas pudieran evaluar dichos testimonios, se utilizaron diferentes formatos: declaraciones manuscritas, transcripciones de sus discursos, entrevistas en video y, por supuesto, entrevistas en vivo.

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A algunos participantes en el estudio se les dejó determinar la mentira o falsedad de los testimonios sin ninguna instrucción ni pauta, libremente, por sus medios. No obtuvieron buenos resultados, el acierto apenas era ligeramente superior al de una elección casual.

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A otros se les indicó que confiaran solo en el contenido estricto de cada historia, como el lugar, la persona, la hora...  Atender a los detalles del relato puro y duro. Con esta pauta la detección de la mentira aumentó significativamente.

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Según la revista Science Alert, el acierto de quienes consideraron solo los hechos (los meros detalles del relato) alcanzó el 79%.

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Esta investigación de la Universidad de Amsterdam concluye que la sencillez en la evaluación de testimonios es un elemento clave para tener éxito en la detección de mentiras. El viejo método de observar la expresión corporal, facial o de entonación (siempre según este estudio) cometería más fallos que un método basado en analizar exactamente lo que el mentiroso está diciendo, sus palabras literales. Aún así, siempre habrá mentirosos tan hábiles como para engañarnos.

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