Misión Artemis: regreso a la Luna
La ambición del ser humano por seguir conquistando el espacio no cesa. En la NASA han decidido que ha llegado la hora de volver a la Luna. Aunque es sólo el primer paso para un viaje mucho más largo. Para ello se ha puesto en marcha Artemis…
Foto: NASA
Ha pasado ya mucho tiempo desde que, en 1969, el ser humano llegara a la Luna con Neil Armstrong y Edwin F. Aldrin en la expedición. Fue gracias al programa Apolo, con el que seis misiones espaciales llegaron a nuestro satélite y 12 astronautas caminaron sobre él. El último de ellos, Eugene Cernan, lo hizo en diciembre de 1972.
Ahora, le toca al programa Artemis, un proyecto mucho más ambicioso que, dividido en varias misiones, tiene como objetivo final no solo el volver a pisar la Luna sino, además, establecer una base con presencia fija y sostenible allí, tanto en su superficie como en su órbita.
Foto: NASA / Joel Kowsky
Artemis se convertirá en el proyecto más importante puesto en marcha hasta la fecha para la “colonización” de la Luna, donde se desarrollarán importantes infraestructuras apoyadas en tierra por vipers y rovers (vehículos para la exploración en otros planetas y satélites) y desde el espacio por satélites artificiales.
Foto: NASA / Laura Sasaninejad
La iniciativa de la NASA cuenta además con el apoyo de otras agencias espaciales, como la europea (ESA), lo que la convierte en una “misión espacial internacional”, además de con el de numerosas empresas privadas.
Foto: NASA / Joel Kowsky
En el caso de la ESA (Agencia Espacial Europea), que está teniendo un papel muy relevante, se ha encargado del diseño y la construcción del módulo de servicio de Orión -la nave que sobrevolará la Luna- con lo que se le proporcionará oxígeno, agua, electricidad y propulsión. Además, la ESA se encargará del seguimiento de seis de los diez CubeSats (satélites) que serán desplegados.
Foto: ESA
El objetivo no es la luna, con muy poco interés científico, sino convertir la base lunar que allí se pondrá en marcha en un centro desde el que preparar futuras misiones tripuladas a Marte, para que el hombre llegue y pise por primera vez el planeta rojo en la década de 2030.
La intención es, además, que sea una mujer la primera astronauta que vuelva a poner su huella en la Luna. Y, no solo eso, también quieren contar en la misión con verdadera diversidad racial, rompiendo la tradicional preponderancia del hombre blanco.
¿Y cómo está estructurado el programa Artemis? A través de una serie de misiones -hasta ahora once proyectadas- que irán desarrollando la logística necesaria para finalizar con éxito el proyecto con la puesta en marcha de la deseada base lunar permanente.
Foto: NASA
Ahora mismo todo se encuentra en fase inicial y a la espera del despegue de la Misión Artemis I. En ella, la nave Orión, una nave no tripulada que será impulsada desde la Tierra por el cohete SLS, tendrá que llegar hasta la órbita de la Luna para pasar allí seis días dando vueltas a su alrededor.
Foto: NASA
El SLS (Space Launch System) es el lanzador de cohetes más potente construido hasta la fecha -con 98,3 metros de altura y una capacidad mínima en órbita baja de 70 toneladas- y será el encargado del lanzamiento de la primera cápsula Orión completa dentro de la Misión Artemis I y, más adelante, el encargado de hacer los mismo con Artemis II.
Foto: NASA / Aubrey Gemignani
Se prevé que la Misión Artemis I tenga una duración total de 42 días, momento en el que deberá regresar de nuevo a nuestro planeta después de sentar las bases de lo que será la Misión Artemis II, un segundo viaje que ya contará, entonces sí, con tripulación humana, y que está previsto para 2024.
Foto: NASA / Cory Houston
Con los CubeSats , pequeños satélites que girarán en torno a la luna, se analizarán las condiciones del terreno y se preparará una base apta para vivir en ella y servir como lanzadera a Marte. Se lanzarán 10 CubeSats.
Foto: NASA
La nave que viaje a la luna está previsto que regrese y aterrice en el océano Pacífico, al noreste de Hawái. Según las estimaciones de la NASA, la nave alcanzaría los 40.200 kilómetros por hora en su reentrada a la atmósfera, convirtiéndose en una de las etapas más peligrosas de la misión.
Foto: NASA / Aubrey Gemignani
Artemis I no tendrá tripulación humana, pero sí tendrá viajeros a bordo. Se trata de tres maniquíes -Helga, Zohar y comandante Campos- que cuentan con materiales que imitan los huesos y tejidos humanos, además de contar con sensores con los que podrá analizarse la cantidad de radiación espacial a la que se someterían si fueran reales y así trabajar en su protección de cara a la Misión Artemis II.
Foto: NASA / Frank Michaux
Además, en Orión también viajarán otra serie de elementos biológicos para estudiar cómo reaccionan al viaje y a lo que se exponen en esas condiciones. Así, el Experimento Biológico 01 (BioExpt-01) de la NASA incluye cuatro investigaciones que evaluarán los efectos del entorno del espacio profundo sobre el valor nutricional de semillas de plantas, la reparación del ADN en el interior de hongos, la adaptación de levaduras y la expresión genética de algas.
Con este experimento, los investigadores de la NASA podrán conocer mejor como este tipo de formar de vida pueden prosperar en el espacio profundo y ser útiles de cara a la vida en ese entorno o para futuras misiones, tanto a la Luna como a Marte.
“Esta es una misión que realmente hará lo que no se ha hecho y aprenderá lo que no se sabe”, dijo Mike Sarafin, gerente de la misión Artemis I en la sede de la NASA en Washington. "Abrirá un camino que la gente seguirá en el próximo vuelo de Orión".
Foto: NASA / Cory Houston
Del éxito de Artemis I depende la puesta en marcha de Artemis II en 2024, aunque parece que las fechas se van retrasando, según un informe de la Oficina del Inspector General de la NASA. En esta segunda misión ya sí serán cuatro los astronautas que harán el mismo viaje realizado por Orión en esta primera toma de contacto.
Foto: NASA / Isaac Watson
Y de Artemis II a Artemis III. Una tercera misión prevista, en principio, para 2025 en la que ya sí se cuenta con que el ser humano vuelva a pisar la superficie lunar y será una mujer la que tendrá ese privilegio. Entre esta misión y la anterior, además, se empezará a desplegar Lunar Gateway, la base lunar.
Foto: NASA
Tanto el alunizaje como la construcción de la Lunar Gateway se realizarán en el polo sur de la Luna, concretamente en 13 zonas seleccionadas para ser candidatas. ¿Y por qué allí? Porque se considera estratégico debido a que podrán existir allí enormes reservas de agua en forma de hielo.
Las misiones que completarían el Programa Artemis serían Artemis 4, previsto para 2027 y hasta Artemis 9 en 2032. Aunque recientemente se han anunciado dos nuevas misiones logísticas en 2033 y 2034, Artemis 10 y 11. Eso sí, las fechas parece que se van retrasando y podría haber una demora de hasta dos años en todas las misiones proyectadas.
Foto: NASA / Josh Valcarcel
Y es que ya han sido dos los primeros intentos para el lanzamiento de la Misión Artemis I. El primero de ellos fue el 29 de agosto, desde Cabo Cañaveral, en Florida (Estados Unidos) y el segundo, el 3 de septiembre. Problemas para la refrigeración del motor y fugas de hidrógeno obligaron a suspender un despegue que ahora está previsto para el mes de octubre.
En cuanto a los costes del Proyecto Artemis, se calcula, según los datos de OIG, que solo Artemis I ha alcanzado ya un coste de 4.000 millones de euros, que casa una de las cuatro primeras misiones podría tener un coste de en torno a esa cifra y que podría alcanzar los 93.000 millones si contamos con el resto de las misiones.
Foto: NASA / Joel Kowsky
“Estamos desarrollando las tecnologías para lograr una presencia humana y robótica sin precedentes a 240 000 millas (unos 400.000 kilómetros) de casa. Nuestra experiencia en la Luna esta década nos preparará para una aventura aún mayor en el universo: la exploración humana de Marte”, ha dicho Kathy Lueders, de la NASA.
Foto: NASA
Ya solo queda esperar el éxito de esta misión y de las venideras. Para el regreso de los humano a la Luna, para ver a la primera mujer pisando su superficie, para descubrir nuevos secretos sobre ella y… por qué no, para hacer realidad el sueño de llegar al fin al planeta rojo.
Foto: NASA / Joel Kowsky
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