No vale un empate: por qué Feijóo se juega su liderazgo en las europeas
Llegamos al final de la campaña de las elecciones europeas con las encuestas señalando que el PSOE ha recortado distancia con el PP. Y eso no era el objetivo de Feijóo, quien en los mítines de arranque de campaña hablaba de ganar por amplísimo margen.
En una crónica de la COPE firmada por Maribel Sánchez (buena conocedora de las interioridades de Génova, 13) se afirmaba este 4 de junio: "El objetivo del PP es arrasar en las europeas y forzar un adelanto de las generales".
Pero la sensación es que en el PP no acaban de creerse esa victoria arrasadora que pretenden: a pocas horas del final de campaña, este jueves, en Sevilla y en Madrid, Feijóo llamó a no caer "en la trampa del empate" con el PSOE.
Puede entenderse esa referencia a un empate como un truco para movilizar a quienes se pueden quedar en casa porque unas elecciones europeas no les estimulan y también a los votantes que dudan entre PP y Vox. Concentrar el voto para que Pedro Sánchez salga dañado de estas elecciones sería la idea clave.
Pero desde el PSOE y cierta opinión progresista creen que ese carácter plebiscitario que Feijóo ha querido darle a estas elecciones europeas ("¿Sánchez sí o Sánchez no?") le puede volver como un boomerang al PP y que, una vez se conozcan los resultados, el plebiscito sea sobre el actual liderazgo entre los populares.
Todo este debate se desarrolla con una candidata por parte del PP, Dolors Monserrat, que ha dado la impresión de estar desaparecida durante la campaña. Feijóo ni siquiera la sacó a hablar en la manifestación contra la amnistía en la Puerta de Alcalá del 26 de mayo. Y pocos titulares ha rascado quien hubiera debido liderar esta batalla europea.
Los analistas más favorables al PP creen que para una "victoria aplastante" bastaría con sacar cinco puntos al PSOE en las europeas. Las encuestas han estrechado ese margen. Pero es que, además, esos cinco puntos tampoco darían sensación de desastre socialista: a no ser que el PSOE se hunda, todos los sondeos apuntan a una diferencia en escaños de entre tres y cinco. No es una distancia sideral.
¿Y si el PP gana pero por poco? El aliento en la nuca de Isabel Díaz Ayuso, para muchos opinadores, sigue sintiéndose en el caso de un Feijóo que, de momento, no ha logrado transmitir a su electorado la imagen de "candidato ganador".
Feijóo se ha encontrado con recurrentes críticas internas y, sobre todo, ataques desde el columnismo conservador pese a que, tras las generales, el PP ganó por mayoría absoluta en Galicia, aumentó su representación en el País Vasco y la multiplicó en las elecciones catalanas. El problema es que, salvo en Galicia, el PSOE también ha mejorado sus resultados desde las generales en cada convocatoria.
Sea como sea, la última palabra la tendrán las urnas este domingo. Los sondeos, muchas veces, se equivocan. O se usan para engañar al adversario. Quizá ese empate que sugiera no sea sino una trampa para que los socialistas se confíen.
Tal vez el PP sí debería plantearse que insistir en la amnistía (que suena a pantalla superada) o el 'caso Begoña' sólo activa a su tropa más convencida y que a ese votante moderado que duda hay que convencerle con otros argumentos.
Alberto Núñez Feijóo continúa, a estas alturas, teniendo que demostrar que es capaz de mantener su liderazgo en el PP. La traumática salida por la ventana del anterior secretario general, Pablo Casado, sigue viva en la memoria del partido.