El dilema que divide al planeta
La limpieza íntima tras hacer uso del cuarto de baño varía según la cultura del país en el que estemos. Europa y Estados Unidos es más favorable al papel pero hay otros lugares donde el agua predomina.
Abundan en Japón, por ejemplo, inodoros con chorro de agua para limpiar directamente el área correspondiente. También, a veces, se añade acompañamiento musical para que todo sea más cómodo.
La realidad es que el limpiado con agua está mucho más extendido de lo que mucha gente imagina. Según un análisis de la BBC, resulta la norma habitual en muchos países de Asia (Filipinas, Tailandia o Indonesia -además de Japón-) y también en países árabes.
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De hecho, si recurrimos a la ciencia, predomina la recomendación de limpiarse con agua. Trisha Pasricha, profesora de Medicina en la Facultad de Medicina de Harvard, escribió un artículo en The Washington Post titulando: 'Usar papel higiénico es más asqueroso de lo que piensas. Aquí tienes una idea mejor'. Esa idea, "suave e higiénica" y que elimina más gérmenes, es usar agua.
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Añádase que el agua es lo óptimo para personas con problemas concretos como hemorroides. En cuanto al coste medioambiental, resulta difícil saber si es mejor para el planeta gastar agua o papel, ya que el consumo de ambos elementos de modo masivo resulta problemático desde el punto de vista ecológico.
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Sea como sea, el agua siempre estuvo presente en la limpieza íntima. La invención del bidé se atribuye a fabricantes franceses del siglo XVII. Ese elemento tiene una gran presencia en países europeos.
El papel higiénico como concepto resulta mucho más reciente. Se atribuye al industrial estadounidense Joseph Gayetti la fabricación para todo tipo de público de un papel que, hasta el momento, sólo tenía un "uso médico". Al principio, sólo se distribuía en Estados Unidos y Reino Unido.
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En el debate abierto sobre qué es mejor siempre está, en contra el papel higiénico, ese momento inquietante en que, por sorpresa, alguien descubre que... glups... se acabó... El agua no suele agotarse (salvo corte de suministro).
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Dejemos aparte el uso de toallas húmedas, un verdadero drama ecológico ya que la capacidad que tenemos de reciclarlas resulta limitadísimo y acaban en océanos y ríos contaminando brutalmente.
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Por cierto, desde el portal QS Supplies calcularon la cantidad de papel higiénico (en kilómetros) que usa una persona a lo largo de su vida, en función del país en el que esté. Así, alguien de Estados Unidos gasta 1.020 km, mientras que un español gasta 622 km a lo largo de su vida. El país que más gasta es Portugal, con 1.035 km.
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Lo que resulta claro en este debate es que muchos de nuestros hábitos pertenecen a códigos culturales. En un lugar algo parece extraño y en otro forma parte de la normalidad.
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