El incierto futuro de Pedro Sánchez
Aproximadamente la mitad de España (según los resultados electorales o las actuales encuestas) estaría encantada si Pedro Sánchez se marchase. Pero ¿qué pasará cuándo deje de ser presidente? ¿Se presentará a una reelección?
Los indicios apuntan a que Pedro Sánchez será candidato socialista se celebren las elecciones dentro de cuatro años o se anticipen. No parece que, a día de hoy, se esté produciendo dentro del PSOE un verdadero movimiento para relevar al líder (aunque García Page se haga notar de vez en cuando y haya quien señale al "tapado" que sustituirá a Pedro Sánchez).
Aunque todavía le quede recorrido como presidente de España, se ha escrito mucho sobre las aspiraciones de Pedro Sánchez a ocupar, cuando deje La Moncloa, algún puesto institucional de carácter global. Lo internacional le gusta a Pedro Sánchez y tiene gran sintonía con líderes como Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (en la imagen).
De momento, Pedro Sánchez ostenta el cargo de presidente de la Internacional Socialista. Mientras la socialdemocracia está hundida o desaparecida en países como Francia o Italia, Sánchez ha logrado mantenerla fuerte en España, así que tiene sentido que dirija ese organismo.
Pero Sánchez querría más. Se ha llegado a especular en algún artículo de prensa con que acabe como Secretario General de la ONU (en la imagen, con el actual jefe de Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres).
No obstante, frente a las especulaciones están las palabras del propio Pedro Sánchez, quien pidió este mismo enero de 2024 un "sistema de alternancia de género" y que la próxima líder de la ONU sea una mujer.
Un retiro dorado en el ámbito internacional parecería un destino adecuado para un presidente que ha exhibido su alto nivel de inglés y su querencia por los asuntos de política exterior.
Alberto Núñez Feijóo no habla inglés y eso se lo afean desde el PSOE. El líder del PP, cuando le preguntan por ello, dice que nadie tiene que preocuparse, que se hará entender sin problemas en el ámbito internacional.
Lo que sí parece una norma de hierro en la política española es que la gestión de los asuntos internacionales no ayuda a ganar elecciones. La gente habla de los precios, las hipotecas o la amnistía pero no de la firma de tratados internacionales.
En cualquier caso, la reintegración en una vida laboral fuera de la política le va a ser difícil a Pedro Sánchez. Su única profesión ha sido ejercer como político desde que, muy joven, llegó a concejal en el ayuntamiento de Madrid.
Ahí tiene su título en Ciencias Económicas y Empresariales, así que tal vez puede dedicarse a los negocios en la empresa privada.
Hay que admitirle a Pedro Sánchez (se comulgue o no con sus ideas) una capacidad de resistencia absolutamente prodigiosa. No es mala característica para dirigir una empresa o, quizás, para dar clases en universidades (un destino muy habitual para ex políticos).
Pero una plaza de profesor se hace poca cosa para un hombre como Pedro Sánchez, a quien fascina la política global y que se ha movido en los últimos años en las alturas.
Para sus partidarios, nada mejor que un cargo global de Pedro Sánchez y si es de presidente del mundo, mucho mejor. A sus detractores les daría pánico. Más allá de la broma, de momento, el futuro de Pedro Sánchez está en La Moncloa. Luego ya se verá.