Penas y alegrías de Pedro Sánchez
No ha sido esta una buena semana para el PSOE en el Congreso, que vio como el miércoles sus propios socios (con Sumar a la cabeza) le tumbaban la ley contra el proxenetimo y el jueves tenía que retirar la ley de vivienda ante la inminencia de la derrota (también con Sumar contribuyendo a la causa). Y, sin embargo, Pedro Sánchez recibió alguna alegría que le mantiene el ánimo alto.
El CIS, instituto demoscópico público dirigido por el controvertido José Félix Tezanos, dio esta semana al PSOE la victoria en las elecciones europeas, sacándole ¡cinco puntos! al PP. Suficiente para arrancar la campaña de las europeas con un cierto subidón al que contribuyeron unas declaraciones de Feijóo.
Resulta que Feijóo, en una reunión con empresarios celebrada en Barcelona el jueves por la noche, al ser preguntado por la hoja de ruta del PP con respecto a la extrema derecha europea, dejó caer que Giorgia Meloni no le disgusta.
Feijóo dijo: "En Italia yo estaría muy atento al planteamiento de Meloni... no sé, no tengo información suficiente, pero no me parece homologable a otros partidos que se consideran de extrema derecha en Europa".
Aunque lo dicho por Feijóo va en la línea de un plan del Partido Popular Europeo para llegar a acuerdos con la ultraderecha más presentable, en el PSOE (que presenta como cabeza de lista a Teresa Ribera -en la imagen-) han cogido al vuelo estas declaraciones para situar la batalla electoral donde a los socialistas les conviene. O sea, en la disyuntiva que se resume así: o el PSOE o el PP con la extrema derecha.
Tertulianos y opinadores progresistas han recordado a Feijóo, además, que la supuesta moderación de Giorgia Meloni es sólo aparente. Hace poco causó escándalo cómo censuro en la televisión pública al prestigioso escritor Antonio Scurati (autor de una muy vendida serie novelística biográfica sobre Mussolini) y es polémica su iniciativa antiabortista para que las madres que quieran interrumpir su embarazo tengan en las clínicas a activistas que les ofrezcan, incluso, escuchar el latido del feto.
Así que, si el debate se centra en el peligro de la extrema derecha, a Pedro Sánchez le puede ir bien en las europeas. Las derrotas en el Congreso, la amnistía y otros asuntos quedan muy apartados del foco.
Y de cara a su electorado de izquierdas (y a ampliarlo devorando a Sumar), Pedro Sánchez se presenta como el paladín de la justicia a nivel interncional, capaz de medirse con el verborréico Milei y otros halcones derechistas.
Tras los cinco días de reflexión que se tomó, Pedro Sánchez parece haber recuperado fuerzas en todos los sentidos. Veremos si la manifestación de este domingo contra la amnistía convocada por el PP sirve para erosionar al PSOE o, por el contrario, conduce a la melancolía del votante derechista.
La ley de amnistía tendría que entrar en vigor dentro de poco y quizás (no está tan claro) permita a Puigdemont regresar a España limpio de polvo y paja. ¿Esa imagen perjudicará a Pedro Sánchez?
Claro que, a la vez, si Salvador Illa logra ser presidente de la Generalitat de Cataluña, esa poderosa victoria puede reforzar a Pedro Sánchez. Así es la política y así es Sánchez: un resistente.
Y así son las cosas para el actual presidente del Gobierno: unas veces toca llorar y otras reír. Lo que está claro es que la situación no es la misma que hace apenas unas semanas, cuando Sánchez parecía un hombre derrotado a punto de marcharse. Resurgió y mira de frente al futuro.