Qué hay detrás de las muertes de los principales científicos nucleares de Irán

El 27 de noviembre de 2020, el principal científico nuclear de Irán, Mohsen Fakhrizadeh, fue asesinado cuando viajaba por un camino rural entre su villa de vacaciones y Teherán. Hay informes contradictorios sobre lo sucedido.

Según el periódico británico The Guardian, el vehículo blindado de Fakhrizadeh fue emboscado con explosivos y fuego de ametralladora en un ataque en el que también resultaron heridos guardaespaldas y familiares. Aunque por el momento no hay culpables formalmente acusados, el Ministro de Asuntos Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, sugirió que el M o s s a d estaba detrás de los ataques.

El gobierno iraní acusó a I s r a e l de orquestar el ataque. El ministro de Defensa, Hossein Dehghan, tuiteó: “Atacaremos como un trueno a los asesinos de este mártir oprimido y haremos que se arrepientan de sus acciones”.

La BBC afirma que la muerte de Fakhrizadeh fue vista como bastante grave en Irán. Por su parte, The New York Times comparó al científico asesinado con Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica.

Sin embargo, una cosa es segura. La muerte del jefe del programa nuclear de Irán fue la última de una larga y misteriosa serie de científicos asesinados en el país.

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El profesor de física iraní Ardeshir Hosseinpour, que participaba en el programa nuclear de su país, murió en circunstancias misteriosas en 2007. Hay informes contradictorios que señalan a I s r a e l, Estados Unidos o la Guardia Revolucionaria de Irán.

En enero de 2010, el teórico de campos cuánticos Massoud Ali-Mohammadi fue asesinado en Teherán por una bomba controlada a distancia; Irán acusó a Washington y Tel Aviv de estar detrás del asesinato.

Aunque el Departamento de Estado de Estados Unidos negó cualquier implicación, el periódico británico The Daily Telegraph afirmó que fuentes de inteligencia estadounidenses revelaron que I s r a e l estaba librando una guerra encubierta contra Irán.

Parte de la guerra encubierta consistía en atacar y neutralizar a miembros clave del programa atómico de Irán como alternativa a los ataques militares directos.

“El objetivo es retrasar, retrasar, retrasar hasta que se pueda encontrar alguna otra solución o enfoque”, dijo al Daily Telegraph un ex agente de la CIA que prefirió permanecer en el anonimato.

“Ciertamente, no queremos que el actual gobierno iraní tenga esas armas. Es una buena doctrina, salvo eliminarlos militarmente, lo que probablemente conlleva riesgos inaceptables”, añadió el agente anónimo de la inteligencia estadounidense.

En total, al menos cinco científicos nucleares iraníes fueron objeto de sicarios entre 2010 y 2012, la mayoría de ellos asesinados utilizando bombas colocadas en sus vehículos desde una motocicleta.

Fereydoon Abbasi, jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán entre 2011 y 2013, sobrevivió a su intento de asesinato en 2010.

El gobierno de I s r a e l no ha confirmado ni negado ninguna implicación con los asesinatos, sin embargo, otras fuentes parecen señalar a T el A vi v.

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La revista Time escribió en 2013 que en un período de dos años, según fuentes de inteligencia occidentales, la inteligencia iraní había logrado acabar con redes de espionaje relacionadas con el M o s s a d en al menos dos ocasiones.

Las noticias de NBC informaron en 2012 que los asesinatos habían sido llevados a cabo por disidentes iraníes entrenados por el Mossad, pero sin la participación de Estados Unidos. Las autoridades de Teherán detuvieron y condenaron a más de 12 ciudadanos iraníes presuntamente vinculados a los ataques.

El ataque a los científicos involucrados en el programa atómico iraní parece haber cesado aproximadamente cuando Teherán firmó el Plan de Acción Integral Conjunto (también conocido como el Tratado de Irán), prometiendo frenar las instalaciones nucleares en el país.

Sin embargo, el acuerdo quedó nulo durante la presidencia de Donald Trump, cuando el gobierno estadounidense se retiró del acuerdo y aprobó nuevas sanciones contra Irán.

Con el aumento de las tensiones entre Teherán, Washington y Tel Aviv, el temor de que se esté gestando una nueva guerra encubierta ha sido real desde hace algún tiempo.

Sin embargo, con las recientes maniobras entre Irán e I s r a e l, también está creciendo la preocupación por una acción militar mucho más directa.

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