Así era la España gobernada por Franco
Francisco Franco Bahamonde lideró España desde el término de la Guerra Civil en 1939 hasta su muerte en 1975, ejerciendo un gobierno autoritario durante esos 40 años. Este período ha dejado huellas imborrables en la memoria del país. Se plantea la cuestión: ¿Qué vestigios perduran de la era de Franco? ¿Cómo era esa España que transitó de la era del blanco y negro a la del color?
Para empezar, resulta obvio que Franco era un dictador pero procuró, sobre todo en los últimos años, fomentar una imagen de abuelito encantador. Hasta el punto de difundirse fotos suyas en batín recibiendo a Arias Navarro, uno de sus hombres de confianza.
Quizá el recuerdo más persistente en varias generaciones de españoles (y un objeto que seguramente se guarde en miles de hogares) sean aquellos "duros de Franco", monedas con la efigie de quien se proclamaba como Caudillo de España por la Gracia de Dios. Había monedas de peseta, de cinco pesetas y de 25.
Los nostálgicos del franquismo siempre mencionan las grandes obras de infraestructura que se acometieron durante la dictadura. Y, especiamente, los pantanos. Ahí quedan todavía, como esta presa de Orellana que se realizó durante el famoso Plan Badajoz.
Automóvil ya sólo para coleccionistas, hasta hace unos años podía verse atravesando fatigosamente las carreteras españolas. Qué recuerdos para las niñas y niños de la E.G.B. que gozaron de sus estrecheces.
Queda bien visible como símbolo de la megalomanía franquista la enorme cruz del mausoleo que construyó Francisco Franco en la sierra madrileña. Pero el gobierno de Pedro Sánchez sacó del recinto las tumbas de Franco y José Antonio y el complejo ya no se llama Valle de los Caídos sino, simplemente, Cuelgamuros, nombre original de ese enclave.
Sin embargo, los impenitentes partidarios del franquismo que subsisten en la España del siglo XXI continúan rindiendo honores a su "caudillo" en el lugar actual donde reposan sus restos: el cementerio de Mingorrubio en El Pardo, donde la familia Franco tiene un panteón familiar.
Y luego están los muchos elementos ornamentales o arquitectónicos de origen franquista que continúan a la vista. Por ejemplo, a la entrada de Madrid por la A-6 el que se denominaba como "arco del triunfo" que conmemoró la victoria de las tropas de Franco en la Guerra Civil.
Las estatuas de Franco, eso sí, fueron retiradas progresivamente. En la imagen, de 2008, cuando se retiró la de Santander.
Puede considerarse también, de alguna manera, vestigio del franquismo la figura de Juan Carlos I, quien recibió la corona (metafóricamente hablando) de manos del dictador. Cierto es que, en seguida, apostó por la democracia y fue uno de los principales impulsores de las libertades en España. Por ello fue un rey aplaudido y por sus poco decorosas actitudes personales fue, al final, denostado.
El turismo es otro legado de la dictadura, querámoslo o no. En los 60 y 70 empezó todo y ahora la actividad turística nos enriquece y nos asfixia a partes iguales y las protestas contra el turismo crecen en España. En la imagen, Torremolinos en la década de los 60, cuando todavía quedaba rastro de sus orígenes como pueblo de pescadores.
La de Franco fue una España de 40 años que pasó del hambre al desarrollismo, carente de libertades, con presos políticos y mucha miseria moral. Pero también en aquellos días la gente buscaba el modo de ser feliz y quizá por ello es lógico que se guarden buenos recuerdos. Así somos los seres humanos.
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