Los grandes cruceros vuelven a Venecia

Las imágenes de una Venecia de recobrada quietud y fauna acuática paseando por sus canales fue poesía en medio de la pandemia. Y aprovechó la circunstancia el gobierno italiano para anunciar que prohibiría los grandes cruceros en la laguna para preservar las aguas y el paisaje icónicon de este enclave. Pero los grandes cruceros (entre protestas y aplausos) han vuelto a Venecia. ¿Por qué?

En realidad, las autoridades locales venecianas defienden la invasión diaria de cruceristas como motor económico. También muchos venecianos, que recibieron al primer crucero con carteles de "Venecia Labora" ("Venecia trabaja"). Así que el gobierno central tuvo que llegar a un acuerdo y pactar que los cruceros atracasen en un puerto alternativo que todavía no está acabado. Puerto Marghera será finalizado en 2022 y entonces, quizás, los cruceros no harán sombra a la plaza de San Marcos.

O sea, que en el futuro los grandes cruceros no atravesarán la laguna violentamente (como ahora) pero atracarán en un punto que sirva de descarga a los miles de turistas que de ese modo vienen a visitar la ciudad.

Se ha limitado el recorrido de los cruceros (que, además, han protagonizado más de un incidente peligroso con las pequeñas embarcaciones que suelen circular por la laguna) pero ecologistas y gente que vive en Venecia creen que aún así es demasiado, que se contamina, que se mueve el lecho de las aguas, que hace huir a la fauna acuática.

Pero, claro, el debate de fondo es cómo reconvertir Venecia. ¿Qué hacer para que una ciudad que ha convertido el turismo en una especie de monocultivo pueda sobrevivir económicamente¿ Venecia sueña con reinventarse.

Ciudad icónica que ha sobrevivido durante siglos a distintas decadencias, epidemias, guerras y devastación provocada por el turismo masivo. Venecia ha cumplido 1.600 años. Fue fundada, según la tradición local, el 421 después de Cristo.

Los días de confinamiento por la pandemia han sido una especie de cura de desintoxicación para Venecia: la fauna acuática volvió a sus canales y la paz a sus plazas. Pero también se ha percibido claramente una realidad: sin visitantes quiebra la economía veneciana. Turismo sí pero la ciudad quiere aprovechar para cambiar el modelo. O, al menos, ciertos sectores de la ciudad.

Venecia sabe que, si quiere sobrevivir, tiene que reducir el número de visitantes. Según National Geographic, hasta 25 millones de turistas anuales acuden a la ciudad de los canales. Lo cual, claro, provoca masificación en sus calles y expulsión de quienes allí viven para sustituir los domicilios por alquileres turísticos.

Los cálculos apuntan a que en el casco histórico de Venecia quedarían unos 51.000 habitantes y que casi el 80% de la oferta inmobiliaria se dedica al alquiler turístico. Una tendencia que asociaciones venecianas luchan por revertir.

El turismo de día suele ser predominante en Venecia. Basta pasear por la noche para percibir la ciudad en un tono diferente. Alejarse de la plaza de San Marcos una vez ha caído el sol, perderse por las callejuelas venecianas, nos descubre otra ciudad.

Otra amenaza permanente sobre Venecia es la subida del agua. Contra el Acqua Alta se elaboró un complejo y muy costoso sistema de diques llamado MOISES (Módulo Experimental Electromecánico) cuyos resultados han sido variables: evitó algunas inundaciones graves pero no atajó el Acqua Alta del todo.

Entre las medidas más controvertidas tomadas por Venecia está la de instalar tornos en algunas fechas de alto número de visitantes y controlar así el número de turistas. Aforo limitado para que San Marcos no se convierta en una aglomeración. Una solución municipal muy cuestionada.

Hay un movimiento en Venecia para crear una red de eventos culturales que vayan más allá de la Bienal de Arquitectura y el Festival de Cine. Sería un nuevo motor económico para la ciudad.

La Venecia asolada por turistas y plagas diversas es un clásico. Ya en 1912 el escritor alemán Thomas Mann publicaba 'Muerte en Venecia', novela corta en la que un visitante padecía unas agónicas vacaciones durante una epidemia de cólera en la ciudad.

Y, sin embargo, Venecia resiste a lo largo de los siglos y continúa fascinando. ¿Parque temático o ciudad que conserva rincones con encanto? Ambas cosas. Si se sabe buscar, Venecia todavía conserva lugares de excepcional magia.

Una recomendación para quien visite Venecia: lo que fue gueto de Venecia, en el barrio de Cannaregio. Una zona que conserva la autenticidad de esa Venecia donde aún pueden verse pobladores autóctonos paseando por sus calles.

De momento, Venecia permanece con pocos visitantes. Pero ya se reactiva. La Bienal de Arquitectura 2021 marcha. Y la Mostra, el festival de cine, no ha parado.

Quedará en el recuerdo de los venecianos los días raros de la Covid-19, cuando la ciudad se vació y todo parecía diferente.

Los miles de venecianos que resisten en la ciudad pelean por dar vida a una ciudad cuyos palacios, en un gran número, fueron comprados por multimillonarios extranjeros que poseen como capricho verdaderas joyas arquitectónicas. Palacios que permanecen vacíos la mayor parte del año.

Pero a Venecia, sea viajando o repasando álbumes de fotos como este, siempre queremos regresar. Y mejor si logramos capturar en sus calles algún instante de calma como el de la imagen. Venecia se reinicia después de la pandemia.

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