Si Bildu gana en País Vasco y Puigdemont en Cataluña, ¿qué pasará con España?
Este domingo se celebran elecciones en el País Vasco y las encuestas dan a Bildu la victoria. Por otro lado, las elecciones catalanas serán el 12-M y los sondeos apuntan a un crecimiento constante de Junts, el partido de Puigdemont, que ya habría arrebatado el liderazgo del nacionalismo a ERC.
La supuesta victoria de Bildu en País Vasco no le garantizaría gobernar. El PNV está seguro (por el momento) de contar con el apoyo del PSE, a quien se da un resultado similar al de anteriores elecciones, unos 10 diputados.
Sin embargo, Bildu, que sabe casi imposible lograr el apoyo de los socialistas, ha hecho una propuesta durante esta campaña: una coalición abertzale, un gobierno de Bildu y PNV. En la imagen, Pello Otxandiano, candidato de Bildu, saludando a Andoni Ortuzar, presidente del PNV, durante el funeral del ex lehendakari José Antonio Ardanza.
En Cataluña también se maniobra políticamente de cara a las elecciones del 12M. Puigdemont hace campaña desde el sur de Francia y ha prometido volver, pase lo que pase, para su investidura. Y si no logra ser presidente de la Generalitat, asegura que dejará la política.
Pere Aragonés, actual presidente de la Generalitat, se desinfla en las encuestas. No se trata de un desplome de ERC pero sí una bajada suficiente como para que Junts logre adelantar, colocarse el cabeza y forzar a los republicanos a dar su apoyo a Puigdemont.
El dilema al que se puede enfrentar ERC es cómo explicar que prefiere apoyar a un president socialista (Salvador Illa, al que los sondeos siguen dando como verdadero ganador) antes que a un candidato nacionalista con la carga simbólica del exiliado Puigdemont.
Con que imaginemos un País Vasco con un gobierno de Bildu y PNV (es decir, más radicalizado) y una Cataluña presidida por el mismo Puigdemont que es la bestia negra de la derecha española y que sigue asegurando que su plan es la independencia,
Lo más probable es que la habilidad de Pedro Sánchez para pactar con los nacionalistas le permitiese seguir en la Moncloa. Pero ¿a qué precio?
El famoso vaticinio de la derecha resumido en "¡España se rompe!" quizá se aproximase. Porque tanto en el nacionalismo catalán como en el vasco se sigue hablando de la posibilidad de un referéndum y de una futura independencia. Pero quizá es más ruido que nueces.
Imagen: Ian / Unsplash
Desde Bildu combinan los mensajes independentistas tradicionales para contentar a su parroquia con continuas alusiones a que, de momento, tampoco hay prisa. El propio Pello Otxandiano, candidato de Bildu, dijo en un debate organizado por El Diario Vasco: "Soy independentista pero no estoy planteando la independencia".
Y en cuanto a Puigdemont, más allá de sus proclamas y su aire irreductible, son muchos los analistas catalanes que creen que, si volviera a gobernar, seguramente sería para replicar el 'modelo Convergencia', esos años interminables de presidencia de Jordi Pujol, cuando el nacionalismo moderado era hegemónico y había tranquilidad y estabilidad.
Claro que en un mundo tan convulso como el que vivimos, tan repleto de crisis por sorpresa, guerra, inestabilidad económica, ¿quién sabe si Cataluña o País Vasco no podrían lanzarse a un nuevo procés que pusiera a España en dificultades?
Sobre todo, la tensión podría incrementarse si se cumple lo que actualmente dictan las encuestas. Casi todas dan un sólido avance de la mayoría parlamentaria de PP y Vox si hubiera elecciones. Se habla ya de una mayoría absoluta segura.
Esa situación podría ser verdaderamente de alto voltaje: un gobierno Bildu-PNV en País Vasco y Puigdemont en Cataluña frente a un ejecutivo central de Feijóo con los de Abascal. Veremos. De momento, no hay elecciones generales a la vista, en País Vasco el PNV no parece dispuesto a mezclarse con Bilud en el gobierno autonómico y Puigdemont todavía tiene que demostrar que es capaz de ser el líder más votado entre el electorado nacionalista.
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