La ley de amnistía y Felipe VI: ¿puede negarse el Rey a firmarla?
La ley de amnistía a los encausados por el procés, después de ser aprobada por una mayoría parlamentaria, debe ser firmada por Felipe VI. Es el procedimiento habitual. En España todas las leyes han de llevar la rúbrica del monarca. Pero, en esta ocasión tan especial, ¿podría negarse el Rey a firmar una ley así? ¿Qué sucedería en tal caso?
Algunos analistas ya han opinado que firmar una ley de amnistía supondría un problema para el Rey. En lo personal y como garante simbólico de la unidad de España.
Lo ha escrito José Antonio Zarzalejos, periodista muy cercano a Felipe VI. Así lo enunciaba en El Confidencial hace tiempo: "Una amnistía como contrapartida de una investidura dejaría al Rey en una posición —institucional, pero también personal— delicadísima".
La realidad es que la firma que el Rey estampa en las leyes españolas es meramente protocolaria pero obligatoria. Y nuestra Constitución no contempla excepciones por motivos morales o de otro tipo que puedan justificar la ausencia de esa rúbrica. Es decir, Felipe VI tiene que firmar todo lo que el gobierno o las Cortes Generales le propongan.
Alguna vez se ha dado conflicto en una monarquía parlamentaria europea entre la acción del poder ejecutivo y legislativo y la del rey. Sucedió en Bélgica, donde Balduino (entonces monarca -en la imagen con su esposa Fabiola-) se negó a firmar una ley del aborto en 1990. Abdicó durante 36 horas para evitar dar su visto bueno.
No parece buena idea en un país con sucesivas veleidades republicanas como es España una abdicación temporal. Quién sabe si no se convertiría en permanente.
Claro que, en caso de que Felipe VI firme la amnistía, ¿cuál será la actitud de Vox? La formación ultraderechista es firmemente monárquica pero... ¿consentirán que el monarca sea "cómplice" en una operación para que Puigdemont regrese sin cuentas pendientes?
En los márgenes, tanto en redes sociales como en las manifestaciones callejeras, comienza a verse el surgimiento de un sentimiento republicano entre cierta extrema derecha que considera al Rey muy blando y lo descalifica con el apelativo despectivo de "Felpudo VI".
Pero la cuestión es realmente simple: en las monarquías parlamentarias (en España, Reino Unido, Países Bajos, Suecia...) no se admite que el rey tome partido en cuestiones políticas. Es una norma estricta para preservar la democracia.
Un buen ejemplo de cómo reyes y reinas han de callar aunque, incluso, se cuestionen asuntos que les afectan muy hondo fue el referéndum que en 2014 convocó David Cameron para que los escoceses decidiesen si querían seguir siendo parte del Reino Unido.
Imagen: Unsplash / Adam Wilson
La reina Isabel II mantuvo un silencio total. También el resto de la familia real británica. Y eso que estaba en juego la histórica unidad de su reino. Pero la democracia consiste, para los reyes, en plegarse a las decisiones de su pueblo. (Finalmente ganó el no y Escocia sigue en Reino Unido).
Es el oficio de ser rey. Felipe VI no puede estar de acuerdo con todas las leyes que aprueban los diferentes gobiernos pero su firma ha de constar en dichas normas. Y eso incluye aceptar una amnistía que permita a Puigdemont quedar libre de cargos.
Pregunta seria: ¿es necesario ducharse todos los días?