Tetris: así afecta a su cerebro el videojuego más adictivo de la historia
Desde 1984, el popular videojuego ruso 'Tetris' es uno de los más famosos de la historia. Conocido y adictivo a partes iguales, saber por qué este simple juego de piezas de colores engancha tanto a jugadores como jugadoras es un misterio que hoy se desvela.
Comencemos conociendo un poco la historia de este popular juego de lógica. La primera versión del 'Tetris' se lanzó en junio de 1984 de manos del ingeniero informático y desarrollador de videojuegos ruso Alekséi Pázhitnov. Casi cuatro décadas después, el mundo sigue enganchado a una dinámica tan sencilla como adictiva.
Si lo analizamos, la mecánica tan solo consta de seis piezas de colores, enviadas al jugador de una en una, para que éste las coloque e intente hacer líneas completas que irán desapareciendo.
El juego termina cuando el jugador no es capaz de acumular piezas de forma debida y éstas llegan a la zona alta de la pantalla. Sencillo, ¿verdad? Pues hay mucho más.
Y es que en el 'Tetris' todo está diseñado para que el cerebro siempre quiera más. Desde los colores, a la música, pasando por el reto que supone cada partida, la velocidad de caída y, cómo no, la competencia con otros jugadores.
Sólo así se entiende que este juego haya vendido más de 100 millones de unidades y siga siendo una alternativa recurrente, cuatro décadas después de su lanzamiento.
Foto: Freepik - Nintendo
Por poner en contexto, algunos de los juegos lanzados en 1984 son el 'ExciteBike', 'Élite', '1942' o 'Duck Hunt'. Ninguno de ellos tuvo demasiado éxito, la verdad.
Volviendo al 'Tetris', han sido muchos profesionales de la neurología y la psicología los que han analizado cómo afecta al cerebro echar una partida a este videojuego ruso.
Y todos llegan a la misma conclusión: el desafío constante y la satisfacción de solventar los problemas que presenta son las claves que hacen a 'Tetris' tan adictivo.
Adam Alter, profesor de Psicología y Marketing en la Universidad de Nueva York, expone algunos motivos más del éxito del videojuego, en su libro 'Irresistible'.
El fundamental, es que cada pieza que aparece en pantalla, supone un desafío que el cerebro debe resolver rápidamente. Hacerlo produce una satisfacción inmediata que lleva a querer más.
De hecho, Adam Alter defiende que jugar al 'Tetris' ayuda a reducir el estrés, pues el proceso mental que requiere el juego, implica total atención y, por tanto, impide pensar en otras cosas.
Además, tanto Adam Alter como otros profesionales de la Neurología aseguran en varios estudios que el 'Tetris' ayuda a mejorar las áreas del cerebro dedicadas a la atención y el razonamiento.
Este aprendizaje se ve reforzado por el placer que produce encajar las piezas y que todo tenga armonía. Es como construir un edificio perfecto en el que todo encaja como el jugador quiere.
Dar orden al caos implica satisfacción, incluso en este caso, que ordenar el caos implica que la creación desaparece, al completar cada línea.
Esto también supone que el jugador solo verá en pantalla los errores, las piezas mal colocadas, lo que lleva al cerebro a trabajar para subsanarlos, en una metáfora perfecta de lo que es la propia vida.
Obviamente, una de las bases fundamentales del 'Tetris' radica en la sencillez de su mecánica. No hace falta instrucciones, sino jugar una partida para saber cómo funciona. A partir de ahí, ver dónde llega cada jugador.
Esa evolución, claro está, va por niveles y lo que comienza siendo fácil, con las piezas cayendo lentamente, se va complicando con una rapidez mayor según el jugador supera fases. En la foto, Alekséi Pázhitnov en 2015.
Por otro lado, el 'Tetris' es infinito, recuerda Adam Alter. Es decir, termina cuando el jugador es eliminado pero no hay un objetivo final, sino la propia superación.