Un nuevo tratamiento cura el VIH

Es la primera vez que la ciencia logra que el virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH) desaparezca del cuerpo de un ser humano infectado mediante un tratamiento médico específico. La afortunada ha sido una mujer y el caso, adelantado por The New York Times, ha sido expuesto en un Congreso sobre retrovirus celebrado en Denver (EE.UU.),

Cierto es que este caso de curación tiene unas características muy concretas pero abre la puerta a una vía para erradicar el VIH como plaga global.

De hecho, la paciente estaba siendo tratada de una leucemia y el tratamiento para acabar con ese cáncer de sangre es lo que, de modo sorprendente, ha curado también el VIH.

Lo que sí aporta este caso es una nueva prueba de que el tratamiento con células madre es la vía para combatir el VIH. A la paciente se le hizo un trasplante de células madre del cordón umbilical para acabar con la leucemia y eso provocó también que su organismo quedase limpio del virus que provoca el SIDA.

El fin del SIDA puede hallarse más cerca. Porque la mujer tratada con células madre, más de un año después, no está tomando medicación alguna contra el VIH y sigue sin hallarse rastro del virus en su sangre.

Otros dos casos de hombres infectados con VIH se trataron con células madre y se logró la remisión de la infección (aunque en ambos casos jamás se quiso hablar de "curación definitiva").

Estamos ante un hito médico pero este tratamiento no es aplicable a la población general: los trasplantes de células madre del cordón umbilical son muy complicados, se utilizan en leucemias graves y tienen un alto índice de mortalidad.

Sea como sea, este caso ayuda a que la investigación avance. La paciente curada obtuvo una respuesta muy rápida a sus dolencias: en 17 días salía del hospital absolutamente restablecida.

Hasta ahora se había aplicado la técnica de trasplante de células madre de médula ósea en pacientes con VIH con resultados buenos pero no óptimos. Lo que cambia en este caso es que se usan células de cordón umbilical, más fáciles de obtener.

La investigación contra el VIH no cesa pero, mientras tanto, toca prevenir y usar la actual medicación, que lograr frenar tanto el desarrollo del SIDA como la transmisión del virus. Pero ¿y una posible vacuna?

Las características del virus del SIDA hacen que conseguir una vacuna resulte muy difícil. Pero hay varios proyectos en marcha y, concretamente, la farmaceútica Moderna anunció este mes de enero de 2022 que comenzaba un ensayo en humanos de una vacuna contra el VIH en la que ha puesto grandes esperanzas.

La vacuna contra el VIH que prueba Moderna tiene una cierta similitud con la que se ha logrado contra la Covid: su técnica es la del "ARN mensajero", nuevo método científico que ha revolucionado la medicina.

Las viejas vacunas eran, en buena parte, virus atenuados que hacían aprender a nuestro organismo cómo combatir la enfermedad. El ARN mensajero introduce un código de ADN para que nuestro cuerpo interiorice una respuesta inmune ante el ataque de un virus.

Si la pandemia nos ha enseñado algo es que los avances médicos mejoran la vida de la humanidad. Por mucho que el sectarismo de los antivacunas lo niegue (he aquí un buen argumentario contra el discurso antivacunas).

La hipótesis más extendida asegura que el  VIH surgió por zoonosis en 1920. cuando saltó del chimpancé al humano. En la década de los 80 del siglo XX hubo una explosión de casos que la convirtió en plaga global. Y se cobró miles de vidas. Entre ellas, la del célebre artista Keith Haring, militante en la lucha contra el SIDA y autor de murales como el de la imagen.

En aquellos trágicos 80, un diagnóstico de SIDA era casi una sentencia de muerte. Hoy los tratamientos han logrado que las personas infectadas puedan llevar una vida casi normal. Pero en países pobres sigue siendo una enfermedad que mata a miles.

Lo que demuestra el caso de la paciente curada con trasplante de células madre de cordón umbilical es que, tarde o temprano, la ciencia logrará la cura del VIH y el mundo será un lugar mejor.

ADEMÁS: La variante del VIH que multiplica su virulencia