Yolanda Díaz y Pedro Sánchez ya no se quieren tanto
Esta semana ha ocurrido algo inédito entre Yolanda Díaz y Pedro Sánchez. Un suceso que revela una quiebra en ese amor que ambos líderes parecían profesarse.
Pese a ser socios de gobierno, Sumar y PSOE han expresado sus discrepancias en una votación del Congreso. Una ley socialista contra el proxenetismo fue tumbada este martes 21 de mayo porque los diputados de Yolanda Díaz votaron desfavorablemente.
El jueves volvió a hacerse visible la distancia entre Sumar y PSOE: los socialistas retiraron la presentación de la ley de vivienda ante el anuncio de los de Yolanda Díaz de que no la apoyarían.
Sumar nunca había contribuido a una derrota parlamentaria de su socio de gobierno, el PSOE, así que estos encontronazos se entienden como algo que va más allá de la mera discrepancia política. Los analistas ven a Yolanda Díaz lanzando un mensaje a Pedro Sánchez y al electorado.
Sumar lleva encadenando resultados malos o discretos elección tras elección (Galicia fue un desastre, en País Vasco lograron un solo diputado, en Cataluña los comuns se quedaron más o menos igual pero por detrás de PP y Vox). Y de ahí que quizás Yolanda Díaz crea que hay que recordar al electorado quién es la verdadera izquierda.
Isabel Díaz Ayuso es de las que cree que Sánchez ha lanzado una OPA hostil a Sumar (y a ERC y otras fuerzas) para quedarse con sus votantes y que cierta sobreactuación presidencial en asuntos internacionales "tiene como único objetivo quitarle votos a Yolanda Díaz".
Está claro que vivimos en un frenesí electoral permanente (que debería concluir con la convocatoria de las europeas, cuya votación será el 9 de junio) y que el PSOE apuesta por la remontada ante el PP que algunas encuestas empiezan a apuntar. Remontada a costa del hundimiento de Sumar.
Así que da la impresión de que Yolanda Díaz tiene que dejar claro que ella no es una secundaria a la sombra de Pedro Sánchez. Y en los últimos tiempos desde Sumar se introducen muchos matices con respecto al discurso del PSOE. Por ejemplo, en el caso de las afrentas de Milei al presidente del Gobierno y su esposa.
No hay reparo desde Sumar en rechazar sin paliativos el discurso que el presidente argentino dio en el acto convocado por Vox. Pero, según contaba la cadena SER, en privado admiten los de Yolanda Díaz que Pedro Sánchez había forzado a exagerar la reacción con la retirada de embajador, elevando el asunto a conflicto diplomático.
Tras los cinco días de pausa y el drama que se vivió en esas fechas tenemos ahora a un Pedro Sánchez al contraataque, exhibiendo fuerza y apabullando, incluso, a sus propios socios de gobierno o parlamentarios.
Y, por otra parte, en las elecciones europeas podrá Irene Montero, cabeza de cartel de Podemos, medirse con la lista de Yolanda Díaz. La última encuesta, hecha para El País y la SER, daban tres diputados a Sumar y dos a Podemos. Tan poca diferencia suena más a empate que a otra cosa.
Yolanda Díaz está obligada a reforzar su liderazgo. Ya hay medios (The Objetive, cómo no) que apuntan al catalán Ernest Urtasun como posible sucesor.
En resumen: Yolanda Díaz y Pedro Sánchez parece que ya no se quieren tanto como parecía hace un tiempo. Sánchez anhela los votos a su izquierda para reforzarse frente al continuado ascenso del PP. Yolanda Díaz tiene que resistir el abrazo del oso y demostrar que es, de verdad, la izquierda de la izquierda.
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