La Palma: 85 días bajo el poder del volcán en una isla española
Finalizaba el verano de 2021 y en la isla de La Palma, enclave paradisiaco en medio del Atlántico, despertaba el volcán Cumbre Vieja. Era 19 de septiembre cuando comenzó a escupir humo y pronto la lava creó ríos de fuego aterradores.
Hubo que evacuar a miles de personas. Esta pequeña isla dedicada fundamentalmente al turismo y al cultivo del plátano se vio asediada por la lava. Unas 6.000 personas, según el diario El País, tuvieron que abandonar sus hogares.
Los agricultores dedicados al plátano dedicaron extenuantes horas a trabajar contrarreloj para salvar sus cosechas. Las imágenes de quienes recogían plátanos bajo la lluvia de cenizas se hicieron icónicas.
La Palma tuvo que acostumbrarse a convivir con una erupción que no se detenía. Semanas y semanas transcurrieron y la lava continuaba emergiendo. El ruido permanente de la erupción, las cenizas y el fuego se convirtieron en parte de la vida diaria.
Las ingentes cantidades de lava descendieron de la montaña y cayeron al mar. Allí formaron una masa sólida que se ha convertido en una extensión de la isla. Según la agencia europea Copernicus, sistema de satélites europeo, La Palma ha crecido 43 hectáreas en extensión. Ha ganado terreno al mar.
La erupción del Cumbre Vieja en La Palma dio imágenes hipnóticas pero tras esa belleza de la naturaleza desatada se escondía el drama humano: gente sin vivienda y sin trabajo debido a la erupción.
Se estima que las pérdidas económicas han ascendido a más de 900 millones de euros.
El turismo cayó en picado en la isla pero también llegaron visitantes que acudían para presenciar una erupción atípica: muy prolongada en el tiempo después de años de inactividad absoluta.
Antes de esta erupción del Cumbre Vieja se había producido en La Palma la erupción del volcán Teneguía. Pero fue más leve y duró solamente 24 días. Los 85 días de esta erupción son un récord.
Las imágenes de la potente actividad volcánica en la isla de La Palma hizo que se difundieran todo tipo de teorías. Incluso una en la que se especulaba con la posibilidad de que esta erupción provocase un tsunami que afectase a la ciudad de Nueva York.
En la isla tuvieron la impresión de que el volcán no iba a apagarse nunca. Como una pesadilla interminable.
Bajo toneladas de cenizas que caían a diario en numerosas poblaciones de la isla, siguió la vida cotidiana. Las niñas y niños iban a la escuela, y la gente acudía a su trabajo (si es que dicho trabajo había sido respetado por el volcán).
Jamás olvidarán en La Palma sus 85 días con un volcán en plena actividad.
Todos los testimonios recogidos en medios españoles hablan de la presencia rugiente del sonido del volcán. De modo continuo. Su silencio fue la señal de que todo había acabado, en vísperas de la Nochebuena de 2021.
El 13 de diciembre calló el volcán. Los expertos pidieron prudencia. Alguna otra vez, durante estos más de 80 días, había parecido que reducía su actividad para luego volver a escupir lava.
Finalmente, el 26 de diciembre de 2021 las autoridades dieron oficialmente por finalizada la erupción. Todo había acabado en La Palma. De momento.
La erupción del Cumbre Vieja ha dejado claro que, aunque pasen años dormidos, los volcanes están dispuestos a bramar en cualquier momento. Y que el archipiélago canario, donde se encuentra La Palma, es un lugar de actividad volcánica.
En este 2021 que todavía, con pandemia y otros episodios distópicos, tenía algo de apocalíptico, las imágenes del volcán de la isla de La Palma añadieron color de Armagedón a la actualidad informativa.
Las cámaras de televisión y fotográficas han mirado fijamente al volcán durante semanas. Imposible apartar la vista de su furia desatada y de las consecuencias del fuego que emitía.
La Palma trata de regresar a la normalidad después de 85 días de erupción. Los habitantes de la isla no dejarán ya jamás de aguardar el próximo capítulo en forma de lava que surge del interior de la tierra. Porque el volcán sigue ahí.