Escándalo en EEUU a poco de las elecciones: el Partido Demócrata salta por los aires

La esfera de protección que los líderes demócratas crearon alrededor del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tras el debate electoral televisado está empezando a quebrarse y las dudas empiezan a gobernar entre los funcionarios electos y el propio Biden.

El primer debate de las elecciones de 2024 fue un desastre para la campaña de Joe Biden. El pánico empezó a extenderse enseguida entre los demócratas y los medios al ver el aspecto senil que el candidato demócrata presentó en el debate.

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Los funcionarios demócratas electos y sus asistentes compartieron de forma anónima su preocupación con los medios, inmediatamente después del debate. Las dudas sobre la candidatura del presidente actual se extendieron a lo largo del fin de semana.

Aun así, los líderes demócratas, los patrocinadores y los aliados más cercanos a Biden cerraron filas alrededor del presidente. Los medios siguieron insistiendo con sus preguntas, pero los funcionarios más importantes y la familia de Biden doblaron sus esfuerzos para mantenerle en la carrera electoral.

A pesar de estos esfuerzos, el presidente ha perdido la confianza de importantes voces liberales en los medios de comunicación, incluyendo a exfuncionarios demócratas claves. Voces como Van Jones de CNN y Rachel Maddow de MSNBC han cuestionado la capacidad del presidente.

Uno de los mensajes más sonoros fue expresado justo la mañana siguiente del debate: Joe Scarborough (MSNBC) dijo que el presidente debería tener en cuenta a un candidato diferente. Scarborough es una de las voces mediáticas en las que más confía el presidente Biden.

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El columnista de The New York Times, Thomas L. Friedman, que también es alguien muy cercano al presidente Biden, le pidió que priorizara el futuro del país a sus ambiciones en un artículo que salió horas después de la publicación de otro artículo firmado por la junta editorial del periódico que pedía exactamente lo mismo.

Y entonces llegaron las encuestas. CNN situó a Biden seis puntos por debajo de Trump, y una encuesta de uno de los grupos super PAC, que son organizaciones pro-Biden, se filtró a la página web de noticias Puck y señaló que el presidente había perdido dos puntos.

Los funcionarios electos y los líderes demócratas rompieron filas el pasado martes, tres días después del debate. El golpe a la imagen del presidente se volvió más evidente, y los intentos para solucionar el problema fueron insuficientes.

Según The New York Times y CNN, más legisladores y funcionarios empezaron a cuestionar si la lamentable actuación del presidente Biden en el debate se trató simplemente de un bache o si forma parte de un patrón más amplio.

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El martes, la exportavoz de la Cámara de Estados Unidos, Nancy Pelosi, dijo que era "legítimo preguntarse, '¿es esto un episodio o una enfermedad?'", en una cita recogida por The NY Times.

Esa misma mañana, James Clyburn, un representante de Carolina del Norte, cuyo apoyo fue vital para el presidente Biden en 2020, sugirió que él apoyaría a Kamala Harris si Biden diera un paso atrás.

Fue entonces, cuando al mediodía de ese mismo martes, todos los miedos de la campaña de Biden se hicieron realidad: el representante de Texas, Lloyd Doggett, públicamente pidió al presidente que se retirara de la carrera electoral.

"[…] Bajo circunstancias muy diferentes, tomó la dura decisión de retirarse. El presidente Biden debería hacer lo mismo", afirmaba Doggett en unas declaraciones recogidas por CNN.

Según el medio, los gobernadores Demócratas también han expresado sus preocupaciones en privado. El presidente Biden decidió mantener una reunión con ellos y con los legisladores principales el miércoles para calmar las aguas.

Sin embargo, ese mismo día, solo un fin de semana y media semana frenética después del debate, el propio presidente Biden admitió a un asistente que, si no conseguía resolver el problema pronto, no habría otra alternativa, según han confirmado tanto The NY Times como CNN.

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