A pocos días del inicio de la campaña electoral para las elecciones en México, que se celebrarán el próximo 2 de junio, todo apunta a que el país tendrá una presidenta por primera vez en su historia.

Si bien los candidatos a los comicios son tres, el verdadero duelo está entre Claudia Sheinbaum, sucesora directa del presidente Andrés Manuel López Obrador, candidata de la coalición de Morena, PT y PVEM, y Xóchitl Gálvez, aspirante del frente opositor, la coalición formada por el PAN, PRI y PRD.

No obstante, si se observan las encuestas, todo parece decidido. La candidata de Morena sigue a la cabeza en la carrera hacia el Palacio Nacional, con una distancia muy amplia en preferencias de voto frente a la opositora. Pero, ¿hay alguna esperanza para Xóchitl Gálvez?

Mitofsky, una de las principales casas encuestadoras de México, ha analizado en febrero las tendencias electorales rumbo a los comicios para el periódico mexicano El Economista. La encuesta revela que, si se votara ahora, Sheinbaum ganaría con el 51,6% de los votos, frente al 27,8% de Gálvez y un 5,1% de Jorge Álvarez Máynez, candidato de Movimiento Ciudadano.

La verdadera historia de Claudia Sheinbaum

Ambas candidatas mejoran sus resultados respecto a los estudios demoscópicos anteriores de Mitofsky. De hecho, tanto Sheinbaum como Gálvez han avanzado alrededor de un punto porcentual en enero y en febrero.

La misma encuesta hace una comparativa de los atributos entre las dos candidatas, con base en las respuestas de los encuestados. Sheinbaum le gana a Gálvez en cada uno de ellos, puesto que los encuestados afirman tener más confianza en la candidata de Morena, consideran que tiene más experiencia y que representaría un cambio.

Si bien los datos son reveladores, todavía faltan muchos electores por convencer. En el estudio, de hecho, el 61,9% de los encuestados afirma que irá a votar, frente al 29,6% que dice no está seguro de que acudirá a las urnas.

Este porcentaje ha crecido 4 puntos desde la encuesta de diciembre.

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Oraculus, que recopila y engloba los resultados de las principales encuestas del país, ha hecho un promedio de los resultados obtenidos en cada una de ellas. Claudia Sheinbaum obtendría el 64% de las preferencias, frente al 29% de Xóchitl Gálvez.

Pese a estos datos reveladores, todo sigue en juego y el tablero político mexicano se decidirá en la campaña electoral que inicia el 1 de marzo y se cerrará tres días antes de los comicios, es decir, el 29 de mayo.

Durante la campaña, los candidatos también deberán enfrentarse en tres debates presidenciales. El primero se celebrará el domingo 7 de abril, el segundo el 28 del mismo mes, y finalmente el último el 19 de mayo.

La verdadera historia de la política mexicana Xóchitl Gálvez

Pese a ser un importante termómetro para conocer las tendencias de voto, los expertos advierten de que hay que tener cuidado con las encuestas. De hecho, aún es demasiado pronto y el electorado todavía no se ha involucrado de lleno en el proceso electoral.

Además, el diario El País México, que ha entrevistado a algunas de las principales encuestadoras del país, advierte de que, más allá de las casas tradicionales, se han sumado otras empresas con metodología dudosa y poco transparente.

A la espera del inicio de la campaña, los tres políticos registraron en estos días su candidatura en la sede del Instituto Nacional Electoral (INE). En esta ocasión, aprovecharon el apoyo de sus seguidores a las puertas de la institución para criticar a los rivales.

Xóchitl Gálvez, que formalizó su candidatura después de Sheinbaum, cargó contra la candidata oficialista y contra AMLO, tal y como recoge El País: “Señor presidente, le recuerdo que usted ya no estará en la boleta electoral”, dijo. Y añadió: “Por respeto a su candidata, a la democracia y al pueblo, saque ya las manos de esta elección”.

En los próximos meses, la candidata del Frente Opositor concentrará sus esfuerzos en presentarse como la clave para el cambio que necesita México, frente la continuidad del gobierno actual. 

Si bien no representa a ninguno de ellos, Gálvez es la candidata de una unión de partidos con legados polémicos en el país, como el PRI y el PAN. El reto para ella está en convencer a los electores que apunta al cambio y no mira al pasado. 

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