Peligro de "tormenta tóxica" por la desaparición del Gran Lago Salado de Utah
El Gran Lago Salado de Utah se seca. Si continúa así, será un nuevo mar de Aral, una masa de agua desaparecida para siempre. Las consecuencias van más allá de la desertización. The New York Times ha alertado sobre lo que se califica de "bomba nuclear medioambiental (environmental nuclear bomb)".
Con la radical bajada del nivel de las aguas, queda expuesto el lodo del lago que, al secarse, se convierte en un polvo que puede ser altamente tóxico.
Según científicos citados por The New York Times, el polvo que surgirá del lecho de lo que era el Gran Lago Salado puede provocar una gran nube tóxica con arsénico, elemento altamente venenoso.
Esa "tormenta tóxica" podría también contener restos de metales pesados, vertidos al lago durante decenios por la importante actividad minera de la zona.
Imagen: Billy Clouse / Unsplash
El ecosistema del Gran Salado de Utah está al límite de un colapso irreversible. Bonnie Baxter, profesora de biología en el Westminster College, lo resumía en The New York Times: "Es aterrador"
El Gran Lago Salado de Utah lleva años secándose pero ha sido últimamente cuando han saltado las alarmas: sin su agua morirán insectos y, por tanto, las aves no podrán alimentarse y eso provocará un efecto en cadena catastrófico en la fauna y flora de la zona.
Según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos recogidos por Euronews, el Gran Lago Salado de Utah ha pasado de tener una superficie aproximada de 8547 kilómetros cuadrados hacia 1980 a 2590 actualmente. Lo cual supone que ha perdido dos tercios de su extensión.
Imagen: De USGS - http://ut.water.usgs.gov/greatsaltlake/images/GSLmap2.jpg, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1223825
Ha sido Joel Ferry, miembro del Partido Republicano en la Cámara de Representantes de Utah, quien ha dado el titular definitivo a The New York Times al calificar de "bomba nuclear medioambiental" la situación del Gran Lago Salado.
La sequía en el estado de Utah resulta un fenómeno persistente y preocupante. El gobernador Spencer Cox declaró el estado de emergencia asegurando que "la sequía afecta al 99% del territorio del estado de Utah".
La alcaldesa de Salt Lake City, Erin Mendenhall, también alertó sobre esta sequía y anticipó la posibilidad de que el abastecimiento de agua se vea comprometido.
Lo que está sucediendo en Utah ya se vio en California cuando se secó el lago Owen. Sucedió en 1926 al desviarse hacia Los Ángeles el agua del río y arroyos que lo alimentaba. Desde entonces se producen periódicas nubes de polvo tóxico con arsénico, cadmio y otros elementos peligrosos. La zona apenas tiene habitantes debido a esto.
La devastación evidente del lago Owen es aterradora (véase la imagen de satélite), pero las dimensiones del Gran Lago Salado son muy superiores así que la catástrofe que se produce en Utah tiene también dimensiones mayores que la que se produjo en California.
Imagen: By ISS Expedition 28 crew - NASA Earth Observatory, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=16446790
Otro precedente de la brutal acción humana sobre una masa acuífera fue la desecación del mar de Aral por parte de la antigua Unión Sovética. La canalización de sus aguas en la década de los 60 del siglo XX hizo que prácticamente desaparecieran.
La comparativa entre lo que fue el mar de Aral y la exigua extensión en que ha quedado resulta desoladora.
El calentamiento global sumado la acción humana sobre el territorio sin control dispara el fenómeno de la sequía. Peligra el Gran Lago Salado de Utah pero es que, según Euronews, hay científicos que calculan que para 2040 pueden agotarse los recursos hídricos para dar beber a la ciudad de Salt Lake City.
Imagen: Brandon Green / Unsplash
Si no se toman medidas urgentes, el Gran Lago Salado de Utah será un desierto donde antes hubo agua. Y las poblaciones cercanas quizá resulten inhabitables por el polvo tóxico. Un futuro que, esperemos, pueda evitarse.
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